El telescopio espacial Spitzer de la NASA captó la colisión de cometas en torno a una estrella muerta a unos 700 años luz de la Tierra, informó el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL).

La estrella se encuentra en el centro de la nebulosa de "Hélix" y la nube de gas que la rodea le da la apariencia de un ojo gigantesco, señaló JPL en un estudio que será publicado el mes próximo por la revista "Astrophysical Journal Letters".

"Nos sorprendió ver tanto polvo alrededor de esta estrella. Debe provenir de cometas que han sobrevivido a la muerte de su sol", indicó Kate Su, astrónoma de la Universidad de Arizona y autora del informe.

La nebulosa de "Hélix", en la constelación de Acuario, se formó al morir una estrella similar a nuestro Sol que se desprendió de sus capas exteriores.

La radiación de esa estrella muerta, también llamada "enana blanca", calienta el material expulsado, causando una fosforescencia captada por el telescopio infrarrojo del observatorio "Spitzer".

Según los científicos, el polvo de la nebulosa es causado por la colisión de cometas en los límites externos del sistema como consecuencia de la alteración de sus órbitas producidas por la muerte de la estrella.