Adriana Abaca, quien denunció a los narcotraficantes de su barrio al igual que Norma Bustos, denunció que el móvil de Gendarmería que custodiaba a su familia desde el 19 de noviembre del año pasado se retiró desde el miércoles. Indicó que no le atienden el teléfono ni le dieron explicaciones al respecto, ya que se encuentra dentro del Programa Nacional de Protección de Testigos. Además, aseguró que las personas que ella apuntó como vendedores de estupefacientes “pasean” por la puerta de su casa “sin ningún problema”. Ya en dos ocasiones balearon su casa, en noviembre de 2013 y febrero de 2014 y en mayo de ese mismo año llegaron incluso a prender fuego un patrullero que estaba, supuestamente, para cuidarla. No descarta mudarse pero no tiene con qué. 

En diálogo con Rosario3.com, Adriana manifestó que desde el miércoles que intenta comunicarse con autoridades que la acompañaron desde el primer momento de sus denuncias pero “ninguno atendió”. “Hay algo que no funciona en la Justicia, porque las personas que denuncié están en libertad y con mi familia tenemos que vivir encerrados en mi casa”, contó.

A su vez, Abaca expresó que, pese a la imposibilidad económica de adquirir una ubicación en otro lugar de la ciudad, buscan mudarse para alejarse de las personas que denunció. “Tengo una casa que es de la provincia. Pedí que me dieran otra, incluso de menor valor, para poder trasladarme con mi familia y no me la dieron. El Estado no me da otra posibilidad”, agregó. “Tengo miedo”, reconoció. 

Consultada por las respuestas que brindaron desde el destacamento Nº 2 de Gendarmería, la mujer explicó que le apuntaron que “no van a estar como antes”. Y que tras la difusión de la ausencia de fuerzas federales en la puerta de su casa, en Colombres al 2800, “aparecieron de a momentos algunos móviles que se fueron al rato”.

Cabe destacar que Adriana denunció a Claudio “El Pelado” Insaurralde, vinculado a la banda de Los Monos en febrero de 2012 luego de que amenazara a su hijo con un arma. A partir de ese hecho, el 29 de mayo del año pasado incendiaron el patrullero que estaba frente a su casa. Y a partir del 19 de noviembre comenzó a tener custodia hasta este miércoles, cuando su hija advirtió que ya no estaban.

“El Pelado tenía una causa en los juzgados federales desde 2011. Incluso le allanaron la casa y encontraron droga y hasta una granada, pero al mes ya estaba libre. La otra persona que denuncié es a Cristina (Contreras), que vende drogas bajo la modalidad delivery y maneja una manzana del barrio; se encarga de vender terrenos, y luego los usurpa. Hace poco hubo un tiroteo porque ocupó una casa y la sacaron a los tiros. Ese día tuve hasta 10 chatas de Gendarmería, pero no había pasado nada contra mí”, finalizó.

Abaca se dirigía este viernes a la Fiscalía de Rosario para no quedarse de brazos cruzados, ya que teme un desenlace similar al de Norma Bustos que fue asesinada en su casa de barrio La Tablada después de denunciar a los narcos de la zona. “Lamentablemente si no me muevo se me va la vida a mí y a mi familia. Y eso es lo que tengo que proteger”, concluyó.