La tormenta trajo vientos de cambio en Arroyito: Central comenzó a ganar un partido que no merecía, fue contundente en ofensiva y encima terminó disfrutando de una victoria sin sufrir. Una verdadera rareza (al menos en la historia reciente) el 2-0 del Canalla sobre Independiente en el Gigante, en la noche del viernes.

El equipo de Cuffaro Russo volvió a la victoria entonces después de cinco partidos, con goles de Emilio Zelaya en el complemento y antes había abierto la cuenta el arquero Jorge (Súper) Broun de penal a los 31 minutos del primer tiempo.

Pero la primera perla del uno fue antes de eso, a los 25 minutos de la etapa inicial. Mancuello desbordó por la izquierda de su ataque, tuvo tiempo de pensar a quien mandarle el centro y el receptor de ese pase, Piatti, dispuso  aún más segundos para decidir cómo iba a ser su gol. El jugador del Rojo quizás pensó en un festejo de gol, en una carrera hacia el alambrado donde lo esperaban sus hinchas, pero las manos del arquero canalla le arrebataron ese sueño de forma increíble.

Y cinco minutos después de salvar ese penal en movimiento en su área, Broun debió cruzar la cancha probándose la capa de superhéroe. Es que Mareque paró con la mano la pelota en el área de manera tonta y obligó al árbitro a cobrar penal. Lo ejecutó el portero de Central, con un derechazo potente junto al palo izquierdo de su par del equipo del Tolo Gallego.

El local no merecía la victoria porque Independiente era un poco más y había llegado con más riesgo al arco (hubo un mano a mano de Gandín y un tiro del Tano Bella antes de aquella tan clara de Piatti). Pero después del 1-0, en los últimos quince minutos de la primera etapa, Central equilibró el trámite, incluso funcionó mejor en ofensiva con Castillejos y Zelaya.

A los 2 minutos, Broun tapó un bombazo que le tiraron casi del área chica y pareció creerse aquello de los superpoderes porque segundos más tarde salió a cortar un centro muy lejos, quedó pagando y el Rojo casi lo empata.

La gente comenzaba a preguntarse ¿y ahora quién podrá ayudarnos?, si el arquero comienza a fallar. Y entonces el que apareció fue el Cachi Zelaya para definir de derecha tras buen pase de Méndez (antes la había peleado y ganado Castillejos). Iban sólo cuatro minutos del complemento, pero el 2-0 comenzó a festejarse en las tribunas, cómo hacía tiempo no ocurría.

Y cómo hacía tiempo no ocurría (noche tormentosa de rarezas), esa tranquilidad del triunfo por dos goles nunca corrió peligro hasta el pitazo final de Abal. Al contrario, a los 28 Zelaya la guapeó y cruzó un remate que rozó el palo. A los 30, el tucumano tuvo un mano a mano que perdió por milímetros.

A los 42, cuando el Rojo ya tenía uno menos por expulsión de Gandín, Jesús Méndez le pidió la capa de superhéroe a Broun porque hacía rato que no la usaba, toma la pelota, gambeteó a todos de punta a punta pero falló por muy poco al definir de zurda.

No hubo tiempo para más y fue victoria de los pibes, que recuperan la sonrisa junto a los miles de canallas que volvieron a llenar de gritos de alegría el Gigante. Central suma 17 puntos, tres menos que el líder Estudiantes. Y en los promedios, pasó a Racing por dos puntos (que recibe a Lanús y espera por Matthaeus como DT) y quedó a dos de Gimnasia, que visita a Arsenal.

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El comentario de Luís Ricossa (Radio 2)