Un joven fue penado con 8 años de prisión por haber matado a un conocido prendiéndolo fuego, luego de golpearlo y dejarlo inconsciente. El crimen fue cometido en una vivienda de pasillo de Villa Banana, que terminó destruida por las llamas. Más de dos años después, el sospechoso, que sufre una discapacidad motriz y es semianalfabeto, se hizo cargo de la imputación y fue condenado en un acuerdo de partes por homicidio simple.

En la tarde del 8 de febrero de 2021, Osvaldo Alberto “Peticín” Vivas (48), oriundo de Morteros, Córdoba, se encontraba bebiendo en la cuarta vivienda de un pasillo humilde de Lima al 2540 con al menos dos personas con las cuales se produjo una discusión en la que fue agredido con golpes. Hubo gritos. Luego sobrevino el fuego y tras la llegada de los bomberos, hallaron el cuerpo calcinado de Vivas.

Días después, fue detenido en Pascual Rosas al 2500 Sebastián Acuña (26), sospechoso del homicidio, a partir de las declaraciones obtenidas por los brigadistas de la División Homicidios.

“Se desconocieron”

 

Un vecino consultado por Telenoche había dicho ese día que la pelea se había producido “por una caja de vino: se desconocieron”.

“Le pegó un palazo, un botellazo, y lo prendió fuego”, dijo el entrevistado sobre la mecánica del crimen.

Otros vecinos arriesgaron otra motivación: “Siempre le quisieron sacar la casa para vender droga”. Y confiaron que Peticín era alcohólico y varias personas solían quedarse a dormir en su casa.

“Peticin solía juntarse a tomar en su casa, afuera del pasillo o en la plaza que queda frente al Distrito Oeste. Se juntaba con hombres de su edad, creo que tenía cerca de 50 años, pero sus amigos empezaron a morir, se murieron 3 o 4. La juventud, los chicos de la avenida que limpian vidrios, como tomaban y se drogaban se enteraron que él tenía la casa sola, que era borracho y lo tomaban para la joda, hacían juntadas en su casa, entraban y salían todo el tiempo. Eran grupos de chicos jóvenes a quienes no conozco, algunos no tenían donde vivir y paraban ahí. Peticin los dejaba quedarse siempre y cuando no robaran a los vecinos”, fue la descripción de un testigo sobre el ambiente que rodeaba a la víctima.

Las evidencias contra el acusado

 

Según la Fiscalía, después de una fuerte discusión, Acuña golpeó en la cabeza a Vivas, le fracturó la nariz y lo dejó inconsciente. “Luego, colocó todos los elementos que se encontraban en el domicilio sobre vivas y lo prendió fuego”, indicó el fiscal. En la escena, los peritos constataron la presencia de una botella y una caja de vino, y varios pedacitos de nylon que, aparentemente, eran dosis de cocaína.

Entre las evidencias citadas por el fiscal Saldutti, consta el testimonio de una vecina, que señaló a Acuña, al igual que varios vecinos que decidieron no testificar: “Los vecinos también decían que habían visto discutir a este chico y a otro más con Peticin unas horas antes. Cómo Peticin solía estar en pedo cualquier cosa le caía mal, era muy bocón”.

Acuña “estaba como perdido; se tambaleaba, era como que el pasillo le quedaba chico porque iba de un lado a otro, parecía alcoholizado o drogado, a mi casi me choca y a las señoras que cruzó también casi se las lleva puestas”, confió la declarante, que presentó un perfil de Facebook con la foto del homicida a la Fiscalía. Posteriormente, Acuña fue reconocido en una rueda de reconocimiento.

El caso fue cerrado este lunes con el acuerdo presentado por la fiscal Georgina Pairola y la defensora María Laura Maenza por el que se pide la condena 8 años y 3 meses para Acuña, que tuvo el visto bueno del juez Gonzalo Fernández Bussy.