La balacera perpetrada este lunes por la noche contra la Unidad Penitenciaria Nº 3 de Riccheri y Zeballos es el tercer atentado en lo que va del año contra una cárcel en Rosario. En ninguno de los ataques hubo personas detenidas ni imputadas, aunque asoman varias hipótesis que se encuentran en investigación por parte del Ministerio Público de la Acusación.

El primer atentado ocurrió en la noche del 22 de mayo pasado, cuando desde una moto abrieron fuego contra un lateral de la Alcaidía de 27 de Febrero al 7800. De ese hecho trascendió que el gatillero se bajó del vehículo, tiró y volvió a subirse al rodado para emprender la fuga

En ese ataque, una camioneta del Servicio Penitenciario recibió tres tiros, y uno de los laterales de la cárcel, uno. Por el momento no se pudo establecer cuál sería la motivación o para quién estaba dirigido el violento mensaje.

El segundo hecho tuvo lugar en la noche del 20 de septiembre contra la cárcel de mujeres, también situada en el predio de 27 de Febrero al 7800. A diferencia del anterior, los agresores iban en un Audi sin patente y dejaron un cartón que menciona en su texto a “las delegadas de los pabellones” que se “siguen prestando a René (Ungaro) y los Funes, que hacen verduguear a las pibas presas”. “Primer y último aviso. Saben que no jodemos”, cerró el escrito.

En esta balacera hay indicios de que los presuntos autores serían integrantes de una subestructura de Los Monos que opera en una zona de Rosario, aunque formalmente en el expediente no hay personas sospechadas. El mensaje estuvo motivado por golpizas que propinaron reclusas a compañeras de pabellón, que incluso quedaron filmadas.

El último de los atentados tuvo lugar en la noche de este lunes, cuando dos gatilleros pasaron en moto a las 22.20 –según la filmación que los captó– y ejecutaron cuatro tiros contra el portón de Zeballos entre Riccheri y Suipacha, a metros de la Secretaría de Control Municipal.

Al momento de efectuar los disparos, los sicarios arrojaron una bolsa transparente con una nota que decía: “Dejen de molestar a los pibes del pabellón 5 de Piñero. Atte: Los colombias”.

Por otra parte, cabe mencionar un homicidio que fue perpetrado en la puerta de la unidad penitenciaria 16, en el límite entre Rosario y Pérez, donde fue acribillado Osvaldo Maximiliano “Popito” Zalazar, un recluso de 31 años que regresaba de una salida transitoria. 

Zalazar, al momento del ataque, estaba en el interior de un móvil penitenciario y sufrió múltiples heridas de arma de fuego. En esa misma balacera, un agente carcelario recibió un disparo.