Un hombre catalogado por fiscales como “jefe de sicarios” de la banda del peruano Julio Andrés Rodríguez Granthón fue imputado desde su lugar de alojamiento por ordenar un homicidio que tuvo lugar en octubre en un búnker de Villa la Bombacha, el asentamiento ubicado al oeste del barrio 7 de Septiembre. Por la misma causa, la semana pasada quedó detenido César V., imputado como quien acató la orden de matar por de una videollamada, junto con otro pistolero no identificado.

La víctima fatal, Brian Francisco Giménez, tenía 24 años y en ese sector del noroeste le decían “el Paraguayo”.

En la mañana del 3 de octubre, los vecinos descubrieron su cuerpo con un tiro en la cabeza, tendido en un pasillo de Juan B. Justo al 8754. Estaba amordazado y atado con cables a una silla de plástico en el patio delantero de la propiedad.

Un mes antes del crimen, el 6 de septiembre, una brigada de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) allanó ese aguantadero por una causa de extorsión a un comercio de Fisherton.

En ese entonces, marchó preso a un conocido de las crónicas policiales, José Luis “Negro Caravana” Lator (41), y Susana B. (27), a quienes les encontraron 97 envoltorios de cocaína. La dupla, en última instancia, “responde al peruano Rodríguez Granthon", el narco acusado de comandar una asociación ilícita polirrubro y que, además, está acusado de haber participado del asesinato del ex concejal Eduardo Trasante, según los fiscales.

Según la investigación del fiscal Adrián Spelta, tras la caída del Negro Caravana, el búnker quedó a cargo de César Alberto V. (26) quien fue detenido la semana pasada como coautor del crimen de Brian Giménez, una ejecución a pedido del “Negro” Villalba, un convicto por homicidio alojado en la cárcel de Piñero señalado en otras investigaciones como “jefe de sicarios” de Peruano Rodríguez Granthon.

De acuerdo con la imputación, a la 1.15 del 3 de octubre, César V. y otro sujeto no identificado sentaron a Giménez en una silla de plástico, le ataron las manos con cables, le pusieron una mordaza en la boca y, por una orden mediante videollamada de parte del “Negro” Villalba que decía “¿así que sos sapo? Ahora te vamos a matar por sapo; hermanito, matalo” lo ejecutaron de un tiro en la cabeza.

Villalba está detenido en la cárcel de Piñero desde 2013 y purga condena por el crimen de Lisandro “Lichi” Ayala, muerto a tiros en mayo de ese año en Hostal del Sol. Casi diez años después, lo imputaron como coautor de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego en grado de consumado, esta vez desde su celda.