El 5 de septiembre, dos mujeres fueron atacadas a tiros en barrio Magnano, en el extremo sur de Rosario. Paula, de 43 años, y su hija Tamara, de 23 y embarazada de 6 meses, fueron sorprendidas por dos jóvenes en bicicletas que efectuaron doce disparos que, según la investigación, tenían como móvil vengar un doble crimen cometido el día anterior en la misma zona. Un ida y vuelta sin fin de muerte y violencia donde, quedó expueso, no existen contemplaciones con familiares de los involucrados en el conflicto.

El miércoles 12 de octubre, Ezequiel Mauricio “Chapu” F. (27) fue identificado durante un control policial en Buenos Aires y Sánchez de Bustamante. Al cotejar sus datos, los agentes se anoticiaron de que el joven presentaba un pedido de captura por las tentativas de homicidios de madre e hija. El joven había sido buscado en una serie de seis allanamientos del 27 de septiembre, aunque sin éxito.

El sábado, el fiscal Gastón Ávila acusó a Chapu por el doble crimen en tentativa, a la par que presentó testimonios que echaron luz sobre el trasfondo de la agresión, que obedecería a una venganza por el crimen de Jonatan Schneider, cometido el 4 de septiembre a unas cuatro de distancia de la casa de Paula y Tamara.

Cuando mataron a Schneider, la andanada de balas también se cobró la vida de Graciela Carrizo, una mujer de Graciela Paulina Carrizo, quien tenía 57 años y estaba en una plaza con sus nietos y era ajena al conflicto.

Chapu y Monito

 

El 5 de septiembre a las 19.30, Paula y Tamara salieron de su domicilio en calle 525 al 600 para hacer unos mandados. Hicieron unos metros y de abajo de un túnel aparecieron “Chapu” y el menor apodado “Monito”, ambos a pie y con una pistola 9 milímetros cada uno. Sin mediar palabra alguna, la dupla disparó sobre las mujeres y salió de escena hacia el lado de San Martín, señaló el fiscal al acusar a Chapu.

La mayor fue derivada al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) donde estuvo internada 11 días con con lesiones en el pulmón, hígado, intestino, corazón y cólon. Su hija estuvo cinco días en terapia intensiva en el Hospital Provincial, continuó con el embarazo –el bebé resultó ileso– y le dieron el alta a fines de septiembre.

Las declaraciones de las víctimas y de algunos allegados señalan que las mujeres fueron baleadas sólo por el hecho de ser familiares de Diego Aguirre y de Miguel Ángel “Ojudo” López, quienes se encuentran en prisión preventiva como sospechosos de haber matado a Jonatan Schneider y a Graciela Carrizo.

“El conflicto viene hace años entre los parientes de Jonatan Schneider con Miguel Ángel López (apodado “Ojudo” y preso desde el 19 de septiembre). Creo que uno quería ser más que el otro, no sé si es por droga, como si fuese un conflicto vecinal”, señala uno de los testimonios.

Paula, la mayor de las víctimas dijo una vez recuperada: “A mí me atacaron por ser prima del Ojudo. Supuestamente estuvo involucrado en los crímenes de Jonatan Schneider y Graciela Carrizo, del día anterior que a mi me balearon. Como saben que somos familia y que mi primo se juntaba con nosotros por eso nos atacaron. Pero nunca nos retiramos del domicilio, porque nunca hicimos nada. Algunos se fueron porque tenían miedo, y yo me quedé, no hice nada”. Días después, sin embargo, debieron irse de la casa de pasaje 525: "Ellos nos quieren sacar la casa y aun no pudimos volver". 

En la audiencia no se soslayó el hecho de que Jonatan Schneider era tío de Gastón Ezequiel Schneider, un joven de 22 años hijo de Claudio “Pájaro” Cantero, líder de la banda de Los Monos hasta su asesinato en 2013. Gastón Schneider se encuentra preso en la cárcel de Piñero purgando una condena a 10 años por hechos que van del robo calificado y la tentativa de homicidio. Y este mes fue imputado por integrar una asociación ilícita cuyo liderazgo atribuyen a su medio hermano Uriel “Lucho” Cantero.

“En el barrio son conocidos por venta de drogas y este Gastón le manda a la mujer lo que tiene que hacer y mandar a los pibes”, se escuchó en la audiencia sobre el nombre de este joven relacionado con el clan Cantero quien a su vez sería familiar de “Monito”, el otro acusado –menor de edad– de balear a Tamara y a Paula.

Chapu fue imputado por los delitos de tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por la intervención de un menor de edad y portación ilegítima de arma de fuego de guerra. Tras escuchar las evidencias, la jueza Hebe Marcogliese tuvo por formalizada la audiencia y dispuso la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.