La Justicia provincial condenó este jueves al joven que acosó durante dos años a una estudiante de Medicina y luego apuñaló en el rostro a su novio en enero de 2020. Se trata de Bruno Lorenzetti, quien recibió una pena de 7 años de prisión efectiva. El fiscal Pablo Socca había pedido 10 años y la querella 14.

La resolución fue dada a conocer al mediodía en el Centro de Justicia Penal por el tribunal penal de primera instancia integrado por los jueces María Isabel Más Varela, Gonzalo López Quintana y Carlos Leiva. 

La condena para Lorenzetti fue por tentativa de homicidio y desobediencia a una orden judicial –que era una prohibición de acercamiento que había dictado la Justicia a partir de una denuncia de la joven–.

La acusación

Lorenzetti, de 24 años, fue condenado por haber atacado el 11 de enero de 2020 en Dorrego y 3 de Febrero al novio de la joven que hostigaba y acosaba. Dicho episodio ocurrió en horas de la noche en inmediaciones del bar Floyd.

Al momento del hecho, de acuerdo a la teoría del caso, Lorenzetti –con navaja en mano– corrió a la víctima y le gritó: “Asesino, femicida, te voy a matar, hijo de puta”.

El agresor fue retenido por testigos en Italia al 1300, quienes lo entregaron ante la Policía. A partir de allí, el fiscal tomó conocimiento que detrás de ese intento de homicidio había una historia de tres años de acoso del atacante hacia la novia del joven apuñalado. Se trataba de P., una chica de Arequito que había venido a estudiar a Rosario

El hostigamiento a la joven comenzó en junio de 2018, cuando P. bajó la escalera del gimnasio al que iba a entrenar. Ella acababa de terminar su clase de boxeo, cuando Bruno Lorenzetti la abordó y la invitó a salir. La mujer respondió que no y le dijo que tenía novio, según consta en las denuncias que presentó posteriormente, e incluso en las declaraciones testimoniales que brindó en la causa. 

Pero para este presunto acosador no existe el “no”. De acuerdo al relato de la víctima ante el fiscal Pablo Socca, después de esa ocasión, Lorenzetti la esperaba siempre dentro del gimnasio, la tomaba del brazo o de la espalda para decirle "algunas cosas" e insistía con una cita. Eso derivó en que P. deje de ir a entrenar a ese lugar en noviembre de 2018.

Ya sin asistir al gimnasio en el que se encontraba con el acosador, P. recibió su solicitud de amistad en Instagram y la rechazó. Luego, Lorenzetti volvió a realizar la petición, pero ya desde cuentas falsas, en las que enviaba mensajes acosándola, según la investigación.

Todo no terminó allí. En diciembre de 2018, Lorenzetti le escribió a través de redes sociales al hermano de P. para avisarle que le había dejado un sobre a su hermana en el edificio donde ella vive. Es decir, había seguido sus pasos.

El hermano de P. le pidió que dejara de molestarla, pero Lorenzetti le respondió que “no sabía lo que era un no”

En febrero de 2019, P. radicó una denuncia ante el Ministerio Público de la Acusación por acoso y hostigamiento

Pero Lorenzetti siguió. Tres meses después, en mayo de 2019, le envió una foto a través de un mensaje privado de Instagram al hermano de P. Se trataba de una imagen en la que mostraba que le había dejado un regalo a su hermana dentro del edificio por su cumpleaños: eran golosinas, una taza y una carta en la que decía que la amaba. 

Después de esa situación, P. volvió a hacer una denuncia. Desesperada, relató: “Tengo miedo. Sabe dónde voy. Me quiero mudar. Estoy pensando en volver a Arequito, irme de Rosario para siempre. Yo dejaría la carrera con tal de dejar de sufrir lo que estoy sufriendo. Ya se metió en mi casa, logró ingresar a mi edificio. Me espía desde la calle, al balcón, conoce mis movimientos, conoce dónde estudio".

El 4 de junio de 2019, tras otra denuncia de P., la jueza de primera instancia del distrito en lo Civil y Comercial de la 18ª nominación de Rosario, Susana Silvina Guelier, impuso una orden de prohibición de acercamiento y cese de hostigamiento. Pero cuatro días después, Bruno Lorenzetti volvió a desconocer el no. Fue al bar Floyd de Dorrego al 1300 a sabiendas de que ella iba a estar en un recital, le tomó fotos y luego se las mandó desde falsas cuentas de Instagram

"¿Ya no me amás? Por favor, recordá el primer día que nos vimos. Te miré derecho a los ojos y supe que eras vos. Encontremos la manera de estar juntos. Juro que te vas a enamorar perdidamente de mí. Soy buena persona. Perdón si te escribo por acá. Borralo, no me denuncien de nuevo por favor. De verdad, te amo", le escribió desde el perfil @Newmodels2895, que luego fue dado de baja.