Este jueves, el acto por el 208 aniversario del enarbolamiento de la bandera argentina, estuvo atravesado por el reclamo de seguridad de los rosarinos. El presidente Alberto Fernández, tomó nota del pedido y apuntó con contundencia contra la Justicia santafesina. No entró en detalles, su tono bastó para señalar –cuanto menos– irregularidades al interior del Poder judicial provicial y federal. El ministro de la Corte Suprema, Daniel Erbetta, recogió el guante y defendió el sistema judicial santafesino.

La Justicia de Santa Fe como pocas otras en la Argentina, encarceló a los responsables de las primeras y segundas líneas de las dos organizaciones complejas que ha tenido la historia de este problema en Rosario”, destacó Erbetta, en contacto con el programa A diario (Radio 2).

Y además de hacer eso, ha recibido muchos balazos, más de siete atentados a sus edificios, un caso inédito en la historia Argentina”, enfatizó, en referencia a los ataques contra sedes del Poder judicial e incluso contra domicilios relacionados a funcionarios judiciales, y hasta contra la casa el propio gobernador en su momento, Antonio Bonfatti. 

Desde el escenario, el presidente gritó este jueves que “sabía lo que pasa en la Policía de Santa Fe y en la Justicia de la provincia”. De este modo, dejó abierta una crítica con varias interpretaciones, desde inoperancia hasta connivencia con el delito.

Para Erbetta, la Justicia santafesina no es ni inoperante ni connivente. En tal sentido, destacó que el nuevo sistema penal triplicó la tasa de esclarecimientos de homicidios –que pasó del 20 al 60 por ciento– y aseguró que “no le consta” ningún pacto con el delito.

Con todo, reconoció que la inseguridad y la violencia, sobre todo en Rosario, suponen un problema muy complejo y una carga pesadísima para la Justicia por el volumen de casos que se llevan adelante.

“Imagínense qué sería la Justicia de Rosario si tuviera la dinámica de la violencia de Córdoba: sería un lujo. No cualquier ciudad del país tiene 40 homicidios en 50 días”, llamó la atención.

"El volumen y la dinámica de la conflictividad penal es la más alta del país en términos absolutos y relativos. Esto representa un volumen de trabajo que coloca mas en jaque al sistema. No es lo común tener una tasa de homicidios como la de Rosario", observó.