La sesión final de la Convención Constituyente de Santa Fe no fue solo la votación de una reforma histórica: también fue la oportunidad para que los convencionales dejaran sus últimas palabras. Habló todo el mundo, nadie quiso quedarse afuera de esta cita con la historia. En discursos cargados de emoción, defensa o cuestionamientos, cada bloque marcó su posición sobre la nueva Constitución que reemplaza a la de 1962.

Los siguientes fueron algunos de los discursos más representativos durante la sesión que comenzó el lunes y terminó el martes.

Unidos

 

Los convencionales oficialistas defendieron con entusiasmo y emoción la Carta Magna que, subrayaron, nació del "consenso", palabra que repitieron hasta el cansancio. Julio Garibaldi (PS) habló de la transparencia como valor central, Germana Figueroa Casas (PRO) remarcó la necesidad de resignar posiciones y Esteban Motta (UCR) definió al texto como “la Constitución posible construida entre todos”.

Desde el socialismo, Daiana Gallo Ambrosis recordó que “pasaron 62 años” desde la última reforma y celebró el diálogo; Gino Svegliatti sostuvo que la política demostró que “puede ser digna y humana”; Lionella Cattalini se emocionó al pedir que “sea recordada como una Constitución humanista”, y Joaquín Blanco la consideró “nuestra manera colectiva de apostar por la paz y la convivencia”.

Joaquín Blanco se convirtió en un convencional clave y fue uno de los pilotos de la escuadra oficialista.

El radical Lisandro Enrico aseguró que “nunca una reforma fue tan importante y tan legitimada como esta del 25”, Mauricio Maroevich destacó el régimen municipal como corazón de la democracia y Fabián Bastia habló de una “nueva arquitectura del poder”. 

Más para Santa Fe

 

El bloque justicialista acompañó con críticas y matices. Juan Monteverde cuestionó que la reforma fuera “de una parte” y criticó al gobernador Maximiliano Pullaro, pero Diego Giuliano la definió como la Constitución “de la justicia social y el bienestar general”. Lucila De Ponti dijo que el peronismo fue custodio de derechos y que el nuevo texto es “una hoja de ruta para gobernar bajo el signo de la justicia social”.

Lucila De Ponti fue una de las convencionales más activas.

Pablo Corsalini celebró la autonomía municipal y el reconocimiento a las pymes, Armando Traferri defendió el consenso como fuerza que surge de las diferencias y Rubén Pirola admitió que no es la Constitución que deseaban, pero sí la que pudieron alumbrar con 69 convencionales responsables.

Activemos

 

Desde Activemos, María Victoria Capoccetti habló de una Constitución “inclusiva, más justa y más equitativa”, Rubén Giustiniani destacó el clima de confraternidad pero advirtió concentración de poder en el Ejecutivo y Marcelo Lewandowski celebró más derechos y autonomías, aunque marcó deudas en coparticipación e independencia judicial.

Ariel Sclafani, del Frente de la Esperanza, recordó emocionado a Alejandra “Locomotora” Oliveras y definió el texto como “un sólido edificio”.

La oposición frontal

 

Desde La Libertad Avanza, Pedro Aleart acusó que el Estado se agranda y lo pagarán los contribuyentes, Marcos Peyrano sostuvo que no es la Constitución que querían y criticó derechos abstractos, y Nicolás Mayoraz dijo que el texto “no es mejor que el de 1962” y que “la fiesta de la reforma la pagan los ciudadanos de a pie”.

Nicolás Mayoraz, titular del bloque de La Libertad Avanza.

El bloque Somos Vida fue aún más duro: Silvia Malfesi la consideró “inconstitucional” y advirtió que con este texto “será fácil que se instale un tirano”, Emiliano Peralta se fue “con más derrotas que victorias” pero reivindicó el respeto en el debate, Lucila Lehmann criticó que se quitara el rol a la Iglesia y que se consolidara el poder en el Ejecutivo, Alicia Azanza habló de “enorme decepción” y Amalia Granata la definió como “una farsa ya escrita” que no le importa a la sociedad.