Las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII) son un conjunto de condiciones entre las que la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son las más frecuentes y los especialistas destacaron la importancia de no
suspender el tratamiento en medio de la cuarentena por la pandemia de coronavirus.


La doctora Alicia Sambuelli manifestó que "es fundamental que particularmente en este contexto de pandemia, los pacientes no suspendan o cambien los tratamientos sin indicación médica".

Sambuelli, quien es coordinadora del Grupo de Trabajo de Enfermedades Inflamatorias Intestinales del Hospital de Gastroenterología "Dr. Carlos Bonorino", indicó en diálogo con la prensa: "Lo que nos debería quedar de esta gran desventura que estamos viviendo, es cómo lograr que después de esta pandemia, poder afirmar que los pacientes viven mejor y quizás, en gran parte, usando métodos que deberíamos haber implementado antes de que la pandemia ocurriera".


Asimismo explicó: "El suspender un tratamiento convencional puede ser el puente a requerir procedimientos y medicamentos de mayor costo; por ejemplo, puede activar la enfermedad, lo que implicaría el riesgo de tener que acudir al centro asistencial innecesariamente o hasta tener que someterse a una cirugía".

"En ocasiones, si alguien escucha el término ´enfermedad inflamatoria Intestinal´ supone que se trata de una simple inflamación o exceso de gases o que es similar al síndrome de intestino irritable. En realidad, no se trata de una enfermedad funcional sino orgánica, con lesiones estructurales que se
evidencian con estudios como endoscopías, biopsias o estudios por imágenes", detalló Sambuelli.

Por su parte, Luciana Escati Peñaloza, presidenta de la "Fundación Más Vida, Crohn & Colitis Ulcerosa", reveló: "Este imprevisto contexto para todos ha evidenciado la necesidad de estrechar el vínculo médico/paciente, poniendo de manifiesto la importancia del diálogo y control continuo de las enfermedades crónicas y complejas como lo es la EII".

"Enfatizar el conocimiento del auto-cuidado y las decisiones compartidas de modo informado hace que en estos contextos adversos el paciente cuente con herramientas que le permitan minimizar los riesgos, siempre de la mano del asesoramiento de su médico tratante", agregó.

Los pacientes pueden presentar una gran variedad de síntomas como diarrea, pérdida de peso, cansancio, fiebre o febrícula, sangrado rectal, dolor abdominal, obstrucción intestinal y fístulas (que son como "grietas" que generan comunicaciones anormales con otros órganos).