La ropa que se utiliza puede contar con sustancias que perjudiquen a a la salud. Si bien no se trata de la principal fuente de exposición a tóxicos con los que se convive día a día, están allí. En pos de minimizar riesgos de ciertos materiales y tintes, expertos insisten en lavar la ropa nueva previo a su uso.

Ftalatos, perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) o metales pesados, como el cromo, son algunas de las sustancias que se pueden encontrar en determinadas prendas de ropa, que a largo plazo pueden dañar la salud por la alteración del sistema endocrino y generar patologías de riñón, tiroides y hasta tumores.

Daños a la salud

Investigadores indican que los PFAS son una familia de más de 10.000 compuestos, caracterizados por contar con una cadena de carbón que los vuelve impermeables. Se usan mucho en "una infinita cantidad" de materiales que, en casos de ropa, incluyen abrigos que repelen el agua pero también ropa deportiva. Además, aquellos "tejidos mágicos" que no se manchan.

"Se acumulan en sangre y en algunos órganos durante muchos años. Algunos pueden estar hasta 20 años. Se unen en la sangre a la albúmina y van transportando las sustancias por nuestro cuerpo, tienden acumularse, sobre todo en el hígado, riñones y tiroides", indicaron. Y se han asociado a algunas patologías como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo porque penetran en los mecanismos biológicos de la regulación de las hormonas.

"También con ciertos tipos de cánceres, y son compuestos que, por ejemplo, durante el embarazo cruzan la placenta y digamos que ya en la vida fetal hay una exposición y puede alterar la programación fetal. Se ha relacionado mucho con el bajo peso al nacer en los en los recién nacidos", subrayaron.

Existen estudios que vincularon estos químicos a una peor respuesta del sistema inmune a reducir eficacia de vacunas, enfermedades relacionadas al hígado graso, subida de colesterol y presión arterial.

Si bien la ropa no es la principal y más grave exposición a tóxicos (sino que esto es por medio de alimentos y el aire que se respira), es importante prevenir.

La infancia, la más vulnerable

Los niños son la población más vulnerable, según advirtieron. Un estudio de la Universidad de Granada (España) sobre tóxicos en ropa de bebé, alerta principalmente en las medias, ya que las mismas contienen restos de bisfenol-A y parabenos. Ambos productos son tóxicos y alteran la actividad hormonal provocando graves enfermedades tanto en etapa infantil como en adultos.

En concreto, el estudio comprobó la presencia del componente plástico bisfenol-A y de parabenos, concentraciones que en las prendas más baratas eran de un máximo de 3.736 nanogramos de bisfenol-A por gramo de media, una cantidad casi 25 veces superior a la encontrada en el resto. Este alto contenido en tóxicos han provocado que las medias tengan hormona femenina y antagonicen con las masculinas.

Recordaba el estudio que el espectro de enfermedades asociadas a la exposición a disruptores endocrinos es amplio: déficit de atención e hiperactividad, alteraciones genitourinarias, desarrollo sexual secundario prematuro y obesidad en los niños; mientras que en los adultos desde hipotiroidismo, a infertilidad, diabetes y cáncer.

Otros estudios

En 2024, Greenpeace publicó un informe sobre un gigante asiático de venta por internet, donde se analizó en un laboratorio independiente 56 prendas de ropa de ocho países.

Siete camperas contenían niveles de PFAS en una concentración que superaba en hasta 3.300 veces el valor permitido de estos químicos, potencialmente cancerígenos y dañinos para la salud. Catorce productos superaban los límites para ftalatos -que pueden afectar la fertilidad y el desarrollo de los niños-, seis de estos multiplicándolos por cien o más.

Existen muchos productos que contienen una mezcla de sustancias que puede ser que de forma individual sean inocuas porque se usan por debajo de las dosis máximas pero que junto a otras sean tóxicas: "La comunidad científica está alertando de que las evaluaciones de riesgo no se pueden hacer con los productos individuales, sino que se tienen que hacer con la mezcla de productos, que es lo que más asemeja a la realidad del consumidor".

Posibles soluciones

Para los expertos, es necesario mejorar el etiquetado y fomentar alternativas sin químicos peligrosos. Por parte de los consumidores, "sin caer en alarmismos" pueden reducir la exposición a este tipo de tóxicos en la ropa y ser conscientes de la situación. Y, por encima de todo, hacen hincapié en que se lave la ropa antes de estrenarla porque con ese gesto ya se reduce más de la mitad del riesgo al eliminar parte de estos contaminantes.

"Si tuviera que aconsejar algo a los ciudadanos que utilizan este tipo de tejidos es que cuando compren ropa, independientemente de donde provenga, que la laven antes de utilizarla, es una precaución básica que hay que tener", resaltaron.

Cuanto más naturales, mejor

Asimismo, indicaron que las personas traten de comprar ropa de materiales lo más naturales posibles, porque se reducen las probabilidades de que hayan pasado por tratamientos que puedan resultar tóxicos.

"Un algodón orgánico o las lanas naturales, obviamente, tienen muchas menos probabilidades de tener residuos de tratamientos tóxicos", reforzaron.

Fuente: EFE.