Los datos relevados en el estudio "permiten afirmar que las personas trans que buscan acceder a una terapia hormonal como una intervención de afirmación de genero y si aún no la iniciaron, tienen un menor bienestar psicológico y una peor calidad de vida en salud que las personas trans que ya se encuentran bajo terapia hormonal y que las personas cisgénero de la misma edad y mismo género asignado al nacer", informó la Fundación Huésped, que desarrolló el estudio entre 2018 y 2019 junto a los hospitales porteños Fernández y Fleming y el Hospital Centro de Salud Santillán (Tucumán).

Según la Fundación, que publicó los resultados del estudio, el trabajo se realizó con el apoyo de la Beca Salud Investiga “Dr. Abraam Sonis”, categoría Estudio Multicéntrico, otorgada Ministerio de Salud de la Nación.

El estudio, además, demostró que "poder acceder a la terapia hormonal mejora la salud física y mental de las personas trans luego de seis meses de su inicio".

Asimismo, que "las personas trans que aun no accedieron a la terapia hormonal, pero desean hacerlo, reportan niveles más altos de discriminación percibida y estigma interno (temor a ser discriminado y consecuentes conductas evitativas y/o de autoexclusión) que las personas trans que se encuentran bajo terapia hormonal".

El trabajo halló que "el estigma por identidad de género predice una menor salud mental en las personas trans, pero que esta mejora cuando las personas logran acceder a intervenciones de afirmación de género como la terapia hormonal".

Este trabajo fue el primero que se realizó en el país sobre el tema y uno de los primeros fuera de Estados Unidos y Europa. Participaron 91 personas trans en tratamiento de terapia hormonal, 102 personas trans que no estaban bajo terapia hormonal y 140 personas cisgénero.

La terapia hormonal consiste en la administración de determinadas dosis de hormonas para modificar los caracteres sexuales secundarios -como por ejemplo el vello corporal- y adecuarlos al género autopercibido de cada persona.

“El acceso a la terapia hormonal motiva a muchas personas trans a acercarse a los servicios de salud, lo cual es una buena oportunidad para ofrecer una atención integral y prevenir y detectar tempranamente distintas afecciones o enfermedades que, debido al estigma y la discriminación, en muchas ocasiones no son atendidas”, destacó Cecilia Calvar, Jefa de Endocrinología del Hospital Fernández y Directora Técnica del estudio.

A pesar de que la Ley de Identidad de Género garantiza el derecho de acceder a intervenciones de afirmación de género, este se ve muchas veces limitado por el estigma, la falta de profesionales capacitados y de servicios disponibles, abunda el comunicado de la Fundación.

"En consecuencia, algunas personas trans recurren a prácticas de automedicación e intervenciones sin supervisión médica con consecuencias negativas para la salud", añade.

"Los resultados de este estudio dan cuenta de la importancia de las terapias de afirmación de género para la salud de estas personas y destacan la necesidad de expandir la oferta en el país".

El acceso a las intervenciones médicas de afirmación de género "ha sido limitado debido al estigma, la falta de profesionales capacitados y de servicios disponibles", precisa el informe.

La Fundación también recuerda que la Ley de Identidad de Género "garantiza el acceso a intervenciones médicas totales o parciales para el libre desarrollo de las personas según el género autopercibido".

A su vez, "la reforma del Código Civil y Comercial y la Resolución 65/2015 del Ministerio de Salud de la Nación establecen que cualquier persona mayor de 16 años puede solicitar y tomar decisiones en forma autónoma sobre las intervenciones existentes que mejoren su propia salud", concluye la Fundación Huésped.