"Todo hace pensar que en enero, una vez que se cierra el año fiscal para los productores, y se normalicen la entregas, los precios de la hacienda en el mercado y de la carne en el mostrador se van a retrotraer de manera sensible". Así lo aseguró este lunes Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra), que reúne a los principales frigoríficos que comercializan en el mercado interno

"La mayoría de los distribuidores minoristas ya no trasladaron los aumentos de las ultimas semanas de diciembre", agregó el dirigente empresario. La carne en diciembre subió en el mostradro un 12 por ciento (redondenado un 50% anual), pero la hacienda en pie tuvo un alza del 25% en último mes del año. "No se van a sostener, bajo ningún punto, los $170 de la hacienda o los $600 kilos del asado. A mitad de mes llegará a baja sensible en los precios", resaltó el industrial.

"No se van a sostener, bajo ningún punto el precio del kilo de asado a $600. A mitad de mes llegará a baja sensible en los precios"

"La demanda no va a convalidar los precios, por un lado. Por otro lado, al haber terminado el año fiscal de la mayoría de los productores ganaderos el 31 de diciembre, la oferta se va a normalizar y esto es lo que va a generar una caída de precios. Sobre todo que las ventas de los últimos días en el mercado interno fueron muy dificultosas”, resaltó.

El incremento en los precios de los últimos meses se dio como consecuencia de una menor oferta de animales (algo estacional por convenciencia impositiva de los ganaderos por el cierre del año fiscal), desequilibrios macroeconómicos y una suba en los costos.

Según el titular de Ciccra, en marzo los terneros de destete se vendían los feedlot a $100 y $105 el kilo, pero debido a “la emisión monetaria más grande y las disparadas del dólar, ningún productor que hubiese vendido una jaula de animales gordos quería quedarse con la plata”. “Estaban desesperados por mantener el valor de ese dinero y tomó al ternero como refugio de valor. Ahí pasó a $170 o $190 el kilo vivo”, indicó el dirigente.

A este panorama se le sumó el aumento exponencial del precio de los granos que sirven de alimento para el animal, que pasaron, en el caso de la soja, “de u$s300 hace un año a u$s440 la tonelada hoy”, lo que motivó que los productores decidan terminar los vacunos a pasto, ralentizando el proceso de engorde, por lo que “empezó a faltar hacienda terminada”.