La empresa se llama Terminal Puerto Rosario (TPR). Opera dos muelles del Puerto de Rosario. Pero sostiene que la Municipalidad de Rosario no tiene jurisdicción para cobrarle el Drei. Ese fue el principal argumento de TPR, controlada por la defaulteada agroexportadora Vicentin, para esquivar el pago de la tasa municipal. Y cuando no pudo seguir sosteniendo sus argumentos, decidió no pagar nunca en tiempo y forma. “Una conducta fiscal claramente hostil”, como entiende la Secretaría de Hacienda que conduce Diego Gómez.

Rosario3 consultó informes de las Direcciones Generales de Estrategia Fiscal, Gestión de Recursos y Legal Tributaria dependientes de la Secretaría de Hacienda y Economía para analizar el comportamiento de la empresa y los oficios de la Municipalidad para intentar ponerle el cascabel al gato a una empresa que fue presidida por Gustavo Nardelli, a su vez alto ejecutivo de Vicentin.

En realidad, son comunes las discusiones entre empresas grandes -como bancos y telefónicas- con los municipios por el Drei y el argumento recurrente de las compañías es que no hay relación entre el monto que pagan y el servicio que presta la Intendencia por registros e inspecciones. Pero ocurre que cuando se logra un entendimiento, las empresas grandes pagan la tasa en tiempo y forma

Gustavo Nardelli, presidente de TPR

Pero el caso de TPR tiene sus propias aristas y trasciende este debate, que también es recurrente en los ámbitos académicos del derecho tributario. En principio, TPR nunca se dio de alta fiscal en la Municipalidad de Rosario con el argumento que la Intendencia no tiene jurisdicción fiscal ya que están instalados sobre terrenos costeros nacionales, operando bajo una concesión provincial y que además prestan servicios para la exportación, una actividad que por códigos tributarios no está gravada por tasas municipales. Simplificando, sostienen que pueden tener domicilio en Rosario pero no operan en la ciudad de Rosario.

En ese marco fue que hacia 2009, la por entonces subsecretaria de Economía Teresa Beren les dio el alta fiscal de oficio, una decisión política de peso, y a partir de ahí empezaron a abrirse expedientes e iniciarse gestiones para cobrarles el Drei, siendo la respuesta de TPR -que contrató a los mejores estudios tributarios de la ciudad, como el de Tossini &Vitelleschi- presentar una fuerte batalla que todavía sigue.

La tasa que tendría que pagar TPR es del 6,83 por mil de la facturación (ingresos brutos) mensual, lo que -por su nivel de actividad- lo pone como un contribuyente importante pero lejos de los primeros. Por caso, hubo meses que estuvo rondando el puesto 70.

Para el Palacio de los Leones, el cobro suponía otra dificultad: el Drei se calcula sobre la declaración que hace la empresa sobre su facturación. Pero como TPR nunca informó su facturación, Hacienda debía cruzar datos con los registros de la provincia, haciéndole más complejas las tareas.

En ese contexto, la empresa llegó a preparar una presentación judicial en el tribunal contencioso administrativo que, de concertarla, hubiese significado patear la pelota a la luna. Pero finalmente no lo hizo. Y un argumento de peso al que recurrió la Municipalidad para lograr desactivar el planteo de que Rosario no tenia jurisdicción sobre ellos fue que el otro concesionario de Puerto Rosario - Servicios Portuarios, que opera las terminales I y II- paga en tiempo y forma el Drei. Precisamente la conducta fiscal de Servicios Portuarios, que fue catalogada de responsable por las autoridades de ese entonces, fue lo dejó en off side a los argumentos de TPR.

Fue así que Hacienda inició en 2014 un proceso de determinación de base imponible para fue poder liquidar el DReI que tenían como deuda entre los períodos 2009 y 2014. Luego de la determinación y oposición, la empresa regularizó esos períodos en el 2016, una gestión a la que le puso el cuerpo quien fuera la subsecretaria de Hacienda, Margarita Zabalza.

Que la empresa aceptara pagar significó una batalla ganada para el municipio, ya que al hacerlo reconoció la competencia local. Pero eso no significó que vaya a pagar. En efecto, tras completar el pago de la deuda correspondiente al período 2009/2014, nunca más volvió a pagar, tal como informó esta semana Rosario3. Fue así que hasta 2018 acumuló una deuda de $40 millones ($19 millones en capital y el resto por intereses), pasivo que se sigue incrementando mes a mes ya que a esta fecha sigue sin abonar la tasa.

Diego Gómez, secretario de Hacienda de Pablo Javkin

Según los registros, la Municipalidad ya en 2016 y bajo la gestión de Mónica Fein, iniciaron otro proceso de verificación en busca de cobrar el impago de los períodos 2014 a 2018 que abrió otro intenso y permanente cruce de expedientes y gestiones en las que TPR sigue sin declarar lo facturado y formulando todo tipo de descargos que, en la práctica, lo que hacen es retrasar el pago.

En conclusión, luego de las gestiones realizadas en 2018/2019 y lo que a del año, la determinación de oficio del monto a cobrar por el período 2014 y 2018 ya está terminada y en proceso de notificación, trámite que ha tenido contratiempos de la cuarentena.

Además de continuar con las gestiones para el cobro realizadas por las administraciones socialistas, y aun estando con una moratoria vigente, la nueva gestión de Pablo Javkin procedió a dar inicio a una nueva orden de fiscalización por los periodos 2018 hasta julio de 2020, proceso que también llevará varios años hasta que ingresen los pesos en la caja.

Vicentin ahora está en una crisis terminal. Pero cuando sus negocios agroexportadores funcionaban corréctamente sus ingresos en dólares permitían licuar el pago de las tasa municipal por la devaluaciones constantes del peso. Es que no es lo mismo pagar unos  millón de pesos por Drei en 2009 con un dólar a 3,7, como fue la cotización del año, que con un dólar a $13, que fue la cotización del 2016, cuando pagaron la deuda del 2009.