La petrolera YPF dio un paso más hacia su objetivo de desarrollar el gas natural licuado (GNL) argentino. El presidente y CEO de la compañía, Horacio Marín, firmó esta mañana un nuevo acuerdo de ingeniería final para el proyecto que lleva adelante junto a su par de Eni, Claudio Descalzi, la empresa italiana con fuerte interés en el país. Es el paso previo a la decisión final de inversión (FID, por sus siglas en inglés), que esperan que esté listo para el primer semestre de 2026.
Previamente, ambos ejecutivos se reunieron con el presidente Javier Milei en la Quinta de Olivos, donde estuvo presente también el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
“Todos los detalles técnicos del proyecto ya están diseñados. Está completamente terminado. Ahora solo tenemos que ejecutar las tendencias y poner los números, figuras y costos al lado de este proyecto técnico. Esta es una gran oportunidad”, dijo Descalzi, en inglés, en una conferencia de prensa realizada en la Torre YPF, en Puerto Madero.
El ejecutivo italiano indicó que la inversión total del proyecto sería de entre US$25.000 y US$30.000 millones en infraestructura. Marín luego agregó que se necesitará otro desembolso de US$15.000 millones para perforar y aumentar la producción, porque, señaló, se necesitará duplicar la actividad petrolera actual. Esto implicará una creación de 50.000 puestos de trabajo directos e indirectos, dijo Marín.
“El project finance que hay que buscar es de US$20.000 millones. Va a ser toda inversión extranjera. Esto es un antes y un después para la Argentina”, agregó el presidente de YPF, quien aclaró que espera que esté operativo este proyecto en 2029.
Descalzi, por su parte, explicó que la Argentina tiene una de las reservas más importantes del mundo y señaló que Europa debe diversificar sus fuentes de abastecimiento luego de lo que ocurrió con Rusia, que era el principal oferente. Tras la invasión a Ucrania, el continente comenzó a comprarle principalmente a Estados Unidos, Qatar y Australia.
“Europa va a ser un buen mercado porque estamos aumentando el consumo de gas por la instalación de los centros de datos que están creciendo día a día por la inteligencia artificial y la electrificación”, dijo Descalzi.
El proyecto
El proyecto con Eni forma parte del plan Argentina LNG, que lidera YPF. Se trata de una iniciativa de gran escala y ambición, que prevé la construcción de tres unidades flotantes de licuefacción (FLNG) con una capacidad de 6 MTPA cada una, equivalentes a 27 millones de metros cúbicos diarios (m³/d) de gas, es decir, el 18% de la producción actual del país.
En una primera etapa, el plan contemplaba montar una planta en tierra, pero la estrategia se adaptó a la dinámica actual del mercado, que exige rapidez, flexibilidad y menores costos.
Por un lado, YPF avanza junto a Shell en la posibilidad de sumar un barco —cuando en un principio se preveían dos—, mientras que con la italiana Eni analiza la construcción de otros dos.
Si los tres proyectos en evaluación prosperan, la Argentina sumaría 18 MTPA adicionales, equivalentes a 81 millones de m³/d, con una inversión estimada de US$3000 millones por cada barco. Las empresas negocian actualmente precios con los dos principales constructores de esta tecnología: la china Wison New Energies y la coreana Samsung.
El mercado global de GNL se expandió con fuerza en los últimos años, aunque sigue siendo reducido: apenas ocho buques de licuefacción están en operación en todo el mundo. Esta tecnología enfría el gas a –162 grados, reduce 600 veces su volumen y lo transforma en líquido.
El ingreso formal de la Argentina al negocio del GNL está previsto para 2027, cuando llegue el primero de los dos buques de licuefacción alquilados. Se trata de terminales offshore, que enfrían el gas a menos de –162 grados para reducir su volumen y transformarlo en líquido, lo que permite exportarlo en barcos.
El primer buque, el Hilli Episeyo, arribará en 2027 con capacidad para producir 2,45 MTPA de GNL. El segundo, el MKII, lo hará en 2028, con capacidad de 3,5 MTPA. En tres años, la Argentina podría exportar casi 27 millones de m³/d.
Estos barcos serán operados por Southern Energy (SESA), una empresa integrada por Pan American Energy (30%), YPF (25%), Pampa Energía (20%), Harbour Energy (15%) y la noruega Golar LNG (10%), que es la dueña de las terminales.
Para ser competitiva, la Argentina debería alcanzar un precio FOB (en el punto de embarque) de US$7 por millón de BTU. De ese monto, US$3 corresponden al proceso de alquiler del buque de licuefacción y otros costos operativos. También se espera que la tarifa de un gasoducto dedicado se encuentre en alrededor de los US$0,80 el millón de BTU. Vaca Muerta debe producir gas a menos de US$3 por millón de BTU, algo posible gracias al gas asociado al petróleo, que reduce los costos.
La ventaja del alquiler de buques es que acelera el ingreso al mercado sin necesidad de contratos de venta anticipados (offtakers), lo que permite mayor flexibilidad para operar en el mercado spot.
En el competitivo mercado global de GNL, solo tres países concentran el 60% de las exportaciones: Estados Unidos (21,5%), Qatar (19,4%) y Australia (19,3%). El negocio se aceleró tras la invasión rusa a Ucrania, que puso en jaque el suministro de gas en Europa y obligó a los países a buscar nuevos proveedores.
Al mismo tiempo, la demanda global sigue creciendo, impulsada por Asia, que además de expandir su actividad económica busca reemplazar el carbón, fuente que en varios países supera el 60% de la matriz energética. Para dimensionar: India consume cinco veces menos gas que China, pese a tener la misma población, lo que anticipa un fuerte aumento de su demanda en el corto plazo.
A este escenario se suma el explosivo consumo energético de los data centers utilizados para aplicaciones de inteligencia artificial. Para 2030, se estima que solo en Estados Unidos demandarán tanta energía como 40 millones de hogares, más que toda la Argentina.



