1-Gianluigi Buffon: “El mejor arquero que tuve como compañero. Debutó en primera división a las 17 años, pero parecía un arquero de 40 años”.

2-Jorge Solari: “¡Un maestro!… Junto a Salvador Capitano, que dirigía la reserva, me enseñaron muchísimo. Jorge siempre confió en mí, me dio la posibilidad de debutar en primera división y además, me llevó a México, como sparring de la selección en el Mundial 1986”.

3-Carlos Bilardo: “A Carlos de debo mucho. Entrenador detallista y obsesivo. Siempre me decía, que en el fútbol europeo había que jugar de una manera diferente. Tenía razón, cuando jugué allá, lo comprobé”.

4- Matías Almeyda: “El Peladito es un amigo. Un futbolista que siempre lo querés tener en tu equipo, porque te da todo. Un gran jugador, cubría y barría toda la zona central, y eso, a nosotros los defensores nos permitía jugar muy cómodos. A veces, me hacía renegar… se creía habilidoso, cuando no lo era (risas). Lo que ocurrió, fue que cuando pasó a Sevilla, lo llevaron como enganche, si hasta le dieron la camiseta con el número diez. Se lo creyó en aquel momento, pero finalmente se dio cuenta que era un cinco tapón (risas)”.

5-Fernando Redondo: “¡El Príncipe!... Un futbolista con una elegancia total, con una zurda exquisita. Más allá, de medir 1,90 de altura, tenía una técnica y un manejo del balón increíble. Le dabas la pelota y nunca te la devolvía. Aunque era mejor que siempre la tenga él (risas). A la par, de su juego, lo distinguía su personalidad. Fernando brilló en todas las estadios del mundo, en todos los clubes dónde jugó e inclusive en la selección Argentina”.

6-Daniel Passarella: “¡Mi ídolo de chico! Jefe dentro de la cancha. Futbolista de un 1,78 de altura que saltaba como uno de dos metros. Con una zurda, que ponía la pelota donde él quería. Daniel me dirigió en Parma y en la selección, y tanto como entrenador, al igual que como jugador, tenía mucha personalidad, muy seguro de sí mismo. Realizó una carrera impresionante en Europa y en la selección”.

7-Alfio Coco Basile: “Lo tuve poco, pero me quedó grabada la simpleza increíble que tenía como DT. Cuando daba la charla técnica, parecía que estábamos en un bar. Una de sus grandes virtudes,era que te hacía sentir importante, te hacía sentir ganador. Te tiraba frases motivadoras como: «Vos sos el mejor». O: «Nosotros siempre vamos para adelante, somos Argentina». Además, le podías hablar de igual a igual. Eso es muy valioso para cualquier jugador”.

8-Diego Simeone: “El Cholito, muy ganador. Futbolista importantísimo en todos los equipos que le tocó jugar. Un enorme jugador, temperamental, sabía correr la cancha y llegaba muy bien al área adversaria. A los 25 años ya era entrenador. En la selección concentrábamos juntos y cuando compartíamos almuerzos o cenas, con Burgos y el Ratón Ayala, él agarraba las copas y las distribuía sobre la mesa y nos mostraba como se paraba y nos iba a jugar el próximo rival”.

9-Abel Balbo: “El «Abelucho» es un amigo. Hicimos una carrera similar. Los dos muy jóvenes empezamos en Newell’s. A principios de los 80’, veníamos a Rosario a entrenar juntos en el colectivo Tirsa, él de Villa Constitución y yo de General Lagos. Después nos fuimos a Italia (Udinese Calcio), jugamos juntos en la selección y posteriormente, nos reencontramos en Parma. Si bien, Argentina tuvo muy buenos delanteros, Abel para mí, fue el más completo. Potente, habilidoso, cabeceaba bien, tenía un gran remate con las dos piernas, y como si todo esto fuera poco, hacia jugar al resto de sus compañeros”.

9-Hernán Crespo: “Gran goleador. Delantero fundamental, que sabía jugar muy bien de espalda, con la virtud de hacer importantes a los futbolistas que jugaban a su alrededor. Lo conocí en Parma, era muy joven y le costó al inicio. Año a año fue mejorando, empezó a convertir goles, no paró más y se transformó en uno de los mejores delanteros del mundo. Tuvo la mala suerte, de tenerlo adelante a Batistuta, eso le quitó un par de años y lo privó de hacer cosas más importantes con la camiseta de la selección”.

11-Juan Sebastián Verón: “Un amigo y un tipazo. Futbolista exquisito, siempre bien ubicado en la cancha, con la cabeza alta, con una pegada única. Con esa cinta, debajo de la rodilla, que lo hacía más elegante (risas). Siempre te inventaba algo cuando le llegaba la pelota. Por Sebastián, tengo una gran admiración”.