Claves del día: EE.UU. baja aranceles, compra carne argentina y acelera el swap de USD 20.000 M

Washington promete reducir aranceles y aumentar la compra de carne argentina, mientras el Gobierno de Milei busca cerrar el swap por USD 20.000 millones. Entre expectativas, letra chica y tensión cambiaria, la economía entra en su semana más caliente antes de las elecciones

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En una semana decisiva para la economía argentina, el frente externo se transformó en el escenario de mayor expectativa política y financiera.

El gobierno de Javier Milei espera concretar en los próximos días el swap con Estados Unidos por unos USD 20.000 millones, un acuerdo de asistencia financiera que se convertiría en el más grande de la historia reciente entre ambos países. Pero lo más relevante, según fuentes del Tesoro norteamericano, es que una parte de ese entendimiento podría incluir cláusulas de rebaja arancelaria para ciertos productos agroindustriales, con el foco puesto en la carne vacuna argentina.

El anuncio del propio Donald Trump, quien busca contener la inflación alimentaria en EE.UU., fue directo: “Vamos a comprar más carne argentina para bajar los precios en nuestro país”. La frase no solo agitó al mercado cárnico local sino que encendió expectativas entre frigoríficos y exportadores. Según distintas fuentes, Washington ya dio luz verde a la reducción de aranceles de importación y a un esquema de cupos más amplios que habilitarían el ingreso de cortes de alta calidad con menor carga tributaria.

Para Argentina, esa medida no es solo una oportunidad comercial. Es también una señal política de respaldo a un gobierno que busca estabilizar el tipo de cambio y fortalecer reservas sin acudir al Fondo Monetario. El ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del BCRA, Santiago Bausili, están afinando los detalles técnicos del swap, cuya “letra chica” —plazos, garantías y límites de uso— se mantiene bajo estricta confidencialidad.

De concretarse esta semana, el acuerdo le daría al BCRA un margen de maniobra clave para contener presiones sobre el dólar paralelo, que volvió a operar en torno a los $1.450, y a la vez enviar una señal de confianza al mercado de bonos soberanos, castigados por la incertidumbre electoral.

El trasfondo es claro: mientras la Casa Blanca muestra gestos comerciales y financieros, el escenario local sigue dominado por la batalla política y la cobertura cambiaria. En el mercado de títulos, la “oposición al dólar” se traduce en ventas de bonos en pesos y recompras estratégicas del BCRA para sostener precios y evitar sobresaltos.

A la vez, los analistas advierten que la rebaja arancelaria podría tener un efecto simbólico mayor que económico en el corto plazo: “Trump busca mostrar que está combatiendo la inflación en su país y Milei quiere mostrar que EE.UU. le abre la puerta al comercio y a la estabilidad”, explican en la Bolsa de Comercio de Rosario.

Con el swap en cuenta regresiva, el nuevo acuerdo de carnes y un dólar cada vez más sensible al humor electoral, la economía argentina entra en su semana más caliente del año.

Entre la promesa de dólares frescos, los asados que cruzan el hemisferio y las urnas a la vuelta de la esquina, el clima en los mercados se parece más a una cuenta regresiva que a una calma.

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