El contundente triunfo electoral del La Libertad Avanza, liderado por Javier Milei, ha activado un encendido rebrote de confianza en los mercados financieros argentinos. Apenas se conocieron los primeros guarismos, el mercado de pre-apertura en Nueva York tiñó de verde los ADR de empresas locales: los bancos saltaron hasta más de un 30 % en algunos casos, y firmas energéticas y exportadoras también se dispararon.
Para los operadores, el voto de octubre no fue solo un dato político sino un “cheque de gobernabilidad”: se interpretó como la eliminación de uno de los grandes riesgos estructurales que hasta ahora mantenía pesadas primas de riesgo, dólar fluctuando y cartera local dolarizada.
Los signos son claros: el dólar “cripto” –una variante informal de dólar que ven los mercados como barómetro– bajó alrededor de 100 pesos el mismo día, mientras los bonos argentinos comenzaron a perfilar rebotes amplios.
El efecto sobre la Bolsa de Nueva York fue inmediato: firmas locales como BBVA Argentina, Banco Supervielle, Grupo Financiero Galicia o Banco Macro mostraron subas que en el pre-market rozaron los 30 % o más.
En el “overnight” del mercado estadounidense se registraron saltos de 10 % a 17 % en los ADR después del cierre del domingo en Argentina.
¿Qué hay detrás del furor? Tres factores se conjugan: primero, la reducción del riesgo político: al controlarse una variable que tantas veces generó escaladas cambiarias o bancarias, los inversores relajan la alerta. Segundo, la expectativa de reformas económicas: una mayoría afín al Ejecutivo implica más músculo para avanzar en agenda, y eso vale para quienes esperan aperturas, menos regulaciones y una economía más “previsible”. Tercero, el alivio cambiario: con menos temor a “dólar de rescate”, se espera menor demanda especulativa de divisas y por ende, menor presión sobre el peso.
Sin embargo, aunque la fiesta bursátil apenas arranca, los analistas advierten que el mapa aún tiene minas. La inflación, las reservas escasas, y el calendario de reformas complejo. Como dijo un histórico financista: “Los inversores están comprando expectativas, no realidades”.
En otras palabras, la victoria abrió la puerta —ahora viene el verdadero examen: convertir respaldo político en política concreta, sin que el fantasma de la volatilidad regrese.
Por otro lado, los mercados pondrán lupa sobre un punto clave: qué hará el Tesoro Nacional de la República Argentina con la compra de dólares y el esquema cambiario. En el reporte de Morgan Stanley y otros bancos de inversión se advierte que el seguimiento de la política cambiaria será “el primer termómetro” de la credibilidad del nuevo periodo.
Desde Rosario y toda la provincia de Santa Fe hasta las mesas de Wall Street, el mensaje es claro: al menos por ahora, la calma política generó euforia financiera. Pero Argentina sabe que no basta con ganas: hace falta gobernabilidad real y credibilidad que dure. Y en ese tránsito, cada medida, cada decreto o cada señal al mercado será consumida con lupa.

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