En medio de la volátil economía nacional —con el dólar haciendo piruetas y el campo en modo espera—, Santa Fe parece estar más enfocada en sacar músculo exportador que en sumarse al lamento. Ayer se concretó una reunión clave en Buenos Aires para avanzar con la millonaria inversión de Servicios Portuarios SA en Timbúes: 290 millones de dólares que buscan transformarse en un puerto de última generación y en un punto estratégico para la salida de la producción santafesina al mundo.

“Fue muy positiva”, dijeron ambas partes a Ecos365 tras el encuentro con funcionarios nacionales, en el que se discutió cómo encuadrar el proyecto dentro del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones). Si todo sigue así, el puerto creará 300 empleos directos, sumará infraestructura crítica y reforzará el plan que viene empujando el gobierno provincial internacionalizar a las empresas santafesinas, con políticas que las conecten al comercio global.

En paralelo, las 16 empresas santafesinas que participan de la feria de la alimentación más importante del sur de Brasil, de la mano de Came, tuvieron ayer una buena ronda de negocios. También fue positivo el encuentro en el Sebrae (Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas) expresaron su fuerte interés por las economías regionales y otros sectores y empresas puntuales, que creen que pueden crecer en el mercado brasileño. La volatilidad argentina es la traba. 

Claro que no todo es viento a favor. Mientras se acelera la cosecha, los productores siguen sin liquidar. El dólar oficial cerró en $1.174,51, el blue en $1.210 y los financieros (MEP y CCL) subieron. A la par, los precios de los granos repuntaron apenas, pero no lo suficiente como para entusiasmar.

Y si la macroeconomía ya es un drama en sí misma, el cluster de maquinaria agrícola -Santa Fe concentra más de la mitad los fabricantes nacionales- sumó un nuevo reclamo. El ministro de Desarrollo Productivo, Gustavo Puccini, junto a sus pares de la Región Centro, elevaron una nota formal al Ejecutivo nacional manifestando preocupación por la reciente habilitación para importar maquinaria usada.

El mensaje de Puccini desde Brasil fue claro: hay que cuidar el entramado productivo y acompañarlo en su salto hacia el mercado exterior, pero sin dejarlo solo frente a las importaciones o al dólar volátil.

Mientras tanto, Agrometal sufre un recorte en la calificación de su deuda -sobre todo de corto plazo-, Bioceres enfrenta turbulencias internas y su cotización baja en el mercado -aunque desde la empresa lo nieguen- a la espera de una definición si se vende o no. Y Los Grobo continúa con litigios dentro del concurso.

El mercado financiero, por su parte, tuvo un día más optimista. Repuntaron los bonos y también las acciones, incluso las ADR argentinas en Wall Street. Pero la mirada de este jueves está puesta en la licitación de deuda del Tesoro, donde Caputo intentará renovar $7,5 billones con herramientas ajustadas por tasa fija, CER o tipo de cambio.

Y afuera, en el resto del mundo (ese que también importa), Estados Unidos dio señales de distensión: Trump prometió no seguir presionando a la Fed y abrir una puerta al diálogo comercial con China.