Interna en la Bolsa de Rosario y clima de mercado: qué esperan empresarios e inversores hasta las elecciones y el día después

Mientras el BCRA endurece encajes y suben los plazos fijos, la Bolsa rosarina juega su partido: Bortolato (tercera generación de agentes) y Cabanellas (molino centenario) miden músculo. La city mira tasas, dólar, Celulosa, Vicentin y encuestas que agitan una economía en máxima tensión

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La interna de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) entró en batalla con sordina, justo cuando la economía transita un momento de extrema fragilidad. En la superficie todos repiten la palabra “consenso”, pero bajo la mesa nadie descarta elecciones en noviembre, cuando finaliza el mandato de Miguel Simioni. Dos nombres ordenan la conversación: Pablo A. Bortolato, actual vicepresidente segundo y tercera generación de una familia histórica de agentes de mercado; y Víctor “Fiti” Cabanellas, industrial del Molino Harinero Cabanellas & Cía. (Maciel), cuarta generación de una firma con más de 140 años en la industria harinera. El oficialismo ya bajó el martillo por Bortolato; del otro lado, Cabanellas toma envión. Ambos espacios hablan de unidad, pero ninguno acepta un armado que no los vea con la cabeza en la presidencia. Traducido: voto a voto desde ahora, con teléfonos calientes y pasillos atentos.

En ese clima, reaparecen habladurías y leyendas de más de un siglo de institución, muchas probablemente ciertas pero que han quedado hasta ahora en la oralidad y la discresión. Desde ambos sectores intentan “levantar heridos" de los distintos procesos para sumar adhesiones, una táctica clásica cuando la moneda aún gira en el aire. En la BCR lo saben: las internas elegantes también se ganan con microcirugía y memoria selectiva.

Quién es quién

Pablo A. Bortolato ingresó como agente en 1994, fue vocal y protesorero en la BCR y vicepresidente del MAV (2012–2016). Perfil técnico, tradición familiar desde su abuelo Amadeo en los ’50 y proyección institucional que lo instaló siempre como “relevo natural”.

Víctor “Fiti” Cabanellas conduce el molino familiar de Maciel, fue vicepresidente de la BCR y tiene rodaje gremial. Representa a la industria harinera santafesina clásica y a un sector agroindustrial que reclama protagonismo en la mesa de decisiones.

La macro como telón de fondo

El tablero político–financiero agrega ruido. En un fin de mes tumultuoso, el BCRA ajustó aún más las posiciones de los bancos para mantener a raya al dólar. Aun así, el blue no se movió, pero oficiales y financieros repuntaron; y el Central perdió US$ 995 millones por compensaciones de cierre. La iliquidez estrangula: los plazos fijos treparon, con picos de 55% a 30 días en entidades más tensas, 47% para montos chicos y tasas récord para colocaciones millonarias (las más altas desde marzo de 2024). El operativo tasas busca blindar el FX, pero deja la pregunta obvia: ¿quién paga esa cuenta?

Los empresarios leen con lupa el corto plazo: encajes al alza, consumo golpeado y crédito estrangulado. El riesgo país cerró en 837 bps por rebote de bonos, aunque el Merval cerró agosto con caída de 14,4% en pesos (15,4% en dólares). 

El dato sobre criptomonedas: caídas de hasta 6% el viernes por ruido regulatorio y más estafas.

Política, encuestas y dólar con respirador

Con las elecciones a la vuelta de la esquina (7 de septiembre en PBA y 26 de octubre legislativas), el caso ANDIS y los audios de Spagnuolo erosionan a LLA: las primeras encuestas marcan pérdida de votos y desdibujan la hipótesis de empate en Buenos Aires. La city descuenta que Economía priorizará todo para llegar con dólar tranquilo: encajes al alza, regulaciones, futuros con posición short y, según consultoras como 1816, posibles ventas spot del Tesoro (la caída de US$ 354 millones en depósitos del Tesoro en el BCRA entre el 11 y 27 de agosto coincide “exacto” con el alza de depósitos en pesos). Desde Economía lo niegan como intervención directa y hablan de “ventas intra sector público” calzadas con compras futuras.

Afuera, mientras tanto, Uruguay aplica IVA a compras en plataformas internacionales; y la probabilidad de recorte de la Fed baja de 91% a 87% de cara a la reunión en menos de tres semanas. El dólar oficial cerró en $1.361,42 con récord de futuros y sin intervención directa del BCRA, aunque al cierre perdió reservas.

Crédito caro, actividad fría

La mora en familias se acerca a niveles de 2019 (8,1% promedio en bancos; más alta en tarjetas no bancarias, casi 3 de cada 10 créditos). Tasas reales en pesos cercanas al 40% anual asfixian capital de trabajo. Economía prefiere absorber pesos antes que correr el dólar. Encajes podrían escalar 10 puntos más —alerta 1816— para garantizar roll-over de deuda en septiembre–octubre (por $21 billones). En paralelo, el ancla fiscal sigue: agosto volvería a mostrar superávit primario y financiero. En la city lo interpretan como “superávit de manual”: ajusta pero no dinamiza.

Corporativo: shocks y reacomodos

Celulosa Argentina quedó en quiebra técnica, default, plantas paralizadas y auditor que se abstiene de opinar. Busca capital fresco y acuerdo con acreedores. En paralelo, Forestadora Tapebicuá decretó cese total, con impacto en más de 500 empleados. Lo que se espera en el corto plazo: inversores puente o acuerdos transitorios que permitan retomar mínimamente la producción. Sin eso, la vía judicial puede acelerarse.

Vicentin transita cramdown con patrimonio neto negativo cercano a US$ 1.000 millones. Siguen en carrera Bunge, Grassi, UAA, y la propuesta conjunta Molinos Agro–LDC. En las próximas semanas, el juez definirá el valor definitivo de las acciones y comenzará la carrera por las conformidades de acreedores. Si algún oferente alcanza mayorías, puede adjudicarse de inmediato. Si no, el riesgo de quiebra gana peso. Mientras tanto, las plantas trabajan a fasón, con problemas técnicos que limitan volúmenes. El gremio advierte: sin inversiones rápidas, no hay producción sostenible después del verano.

En energía, YPF abre ronda con bancos para vender su participación en Metrogas, tras la esperada prórroga de licencia. Compiten Goldman Sachs, Morgan Stanley, J.P. Morgan y Santander por el mandato. La operación puede definirse antes de fin de año.

¿Qué mira el empresariado rosarino?

Todo. La macro condiciona el humor empresario y ya nadie oculta sobre la preocupación por la actividad económica y lo que se puede agravar en los próximos meses si hay una salida desordenada del esquema actual tras las elecciones. Por eso la interna de la Bolsa llama atención: quien conduzca deberá administrar expectativas, tender puentes con sectores productivos (agro, industria, energía), y leer fino el momento financiero. El desenlace dependerá menos de eslóganes y más de geometría del padrón, consensos silenciosos y militancia de pasillo. Si no hay acuerdo integral, habrá urnas.

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