Las Relaciones Públicas (RR.PP.) son, a menudo, la cenicienta de las estrategias de crecimiento en la pequeña y mediana empresa, especialmente acá en la región. Mientras la mayoría de los esfuerzos se concentran en optimizar la pauta digital o afinar la logística, se deja de lado la construcción de una narrativa sólida que le dé cuerpo y alma a la marca.
En un mercado donde la confianza es la moneda de cambio más valiosa, depender solo de la publicidad paga es como querer llenar un balde sin fondo: se puede lograr volumen, pero la fidelidad y la reputación genuina se escapan por las rejillas. La pregunta que muchos emprendedores y directivos se hacen es: ¿pueden las RR.PP. realmente mover la aguja del negocio en una PyME con recursos limitados? La respuesta, categórica, es sí. No solo pueden, sino que son la herramienta más eficiente para crear un fondo de comercio intangible, pero sumamente rentable.
En la dinámica empresarial de hoy, marcada por la inmediatez y el ruido constante, la credibilidad se ha convertido en el activo más escaso. Un anuncio, por más creativo que sea, siempre será percibido como algo que la empresa dice de sí misma. En cambio, una mención positiva en un medio respetado, el reconocimiento en un evento del sector o la aparición de un directivo como voz experta, es algo que terceros dicen de nosotros. Esta diferencia sutil es el verdadero poder de las Relaciones Públicas.
No se trata solo de aparecer, sino de validar la propuesta de valor. El empresario local sabe bien que el boca a boca sigue siendo vital; las RR.PP. son simplemente el boca a boca amplificado a escala. Se enfocan en identificar y construir puentes con los stakeholders clave: medios de comunicación, líderes de opinión, socios estratégicos, e incluso la comunidad vecinal. Un plan de RR.PP. efectivo es la ingeniería social de la reputación, meticulosamente planeada.
La arquitectura de la reputación: De lo invisible a lo irresistible
Muchos asocian erróneamente las RR.PP. solo con la gestión de crisis o con la organización de eventos, algo que parece inalcanzable para una PyME que está "peleándola" día a día. Sin embargo, el concepto central es mucho más humilde y aplicable: se trata de gestionar las percepciones.
“Las relaciones públicas son el martillo; la publicidad es el serrucho.” Al Ries, famoso gurú del marketing.
Esta analogía es crucial: las RR.PP. están diseñadas para crear la marca en la mente del consumidor; la publicidad, para mantenerla. Una PyME, al carecer de presupuestos millonarios para saturación publicitaria, debe centrar sus esfuerzos iniciales en la creación de una historia creíble y relevante.
El primer paso es la identificación de la historia. Cada empresa, incluso la más pequeña, tiene una épica: ¿Cómo nació el proyecto? ¿Qué desafío social o productivo está resolviendo? ¿Cuál es la visión que la impulsa? Esta narrativa debe ser el hilo conductor de toda interacción con el ecosistema.
Por ejemplo, una fábrica de muebles santafesina que invierte en tecnología de punta para reducir el desperdicio de madera tiene una historia mucho más poderosa que un simple “vendemos muebles”. El relato se convierte en un activo noticioso, y los medios, siempre ávidos de contenido que resuene con el interés público, se vuelven socios en la difusión.
La construcción de relaciones positivas con los medios no es un favor, sino un intercambio de valor. El periodista busca información relevante y oportuna; la PyME ofrece expertise y datos de primera mano sobre su sector. Así, el dueño de una desarrolladora de software local puede posicionarse como una voz autorizada sobre la transformación digital en las PyMEs; no vendiendo software, sino compartiendo conocimiento.
Este rol de líder de pensamiento (o thought leadership) es, sin duda, la joya de la corona en las estrategias de RR.PP. empresariales. Citar a figuras como Bill Gates, quien afirmó que “si solo tienes un dólar para gastar en marketing, ponlo en relaciones públicas,” resalta la creencia de que la credibilidad ganada supera largamente a la visibilidad comprada.
El impacto medible: Más allá de la mención en el diario
La principal crítica a las RR.PP. es la dificultad para medir su retorno de inversión (ROI). A diferencia de una campaña de Google Ads, donde el click es instantáneamente cuantificable, el efecto de una buena gestión de la reputación es de naturaleza acumulativa y a largo plazo.
No obstante, esto no significa que sea inmedible. Hoy se utilizan métricas que van desde el Valor Publicitario Equivalente (VAE) (aunque cada vez menos) hasta análisis de sentimiento, el share of voice (la proporción de la conversación total del sector que ocupa la marca) y, lo más importante, el impacto directo en la Intención de Compra y el Ciclo de Ventas.
Un caso de estudio relevante es el de Mercado Libre en sus inicios. La plataforma no se apoyó solamente en una publicidad masiva, sino en una estrategia de RR.PP. enfocada en posicionarse como el motor de la economía emprendedora en la región. Cada historia de éxito de un vendedor en la plataforma era amplificada, convirtiendo a Mercado Libre no solo en un marketplace, sino en un aliado de la gente que quiere progresar. Esto generó una enorme cantidad de prensa positiva, que cimentó la confianza en un modelo de negocio que era, inicialmente, novedoso y percibido como riesgoso. Lo que se logró fue una licencia social para operar a gran escala, mucho más potente que cualquier descuento o promoción.
¿Cómo se traduce esto en la práctica para la PyME de Santa Fe? Implica ser proactivo en lugar de reactivo. Por ejemplo, si una empresa de alimentos detecta una nueva tendencia en consumo saludable, puede organizar una pequeña charla con nutricionistas y periodistas locales (un press breakfast) para discutir el tema, posicionándose como una fuente de información y no solo como un vendedor de productos.
Este tipo de acciones genera un capital relacional invaluable. Peter Drucker, el padre de la gestión moderna, lo resumió de forma contundente: "La gerencia es hacer las cosas bien; el liderazgo es hacer las cosas correctas." Las Relaciones Públicas son una herramienta de liderazgo, porque ayudan a definir y proyectar la propuesta de valor correcta al mundo.
Finalmente, las RR.PP. son un seguro anti-crisis. En la era de las redes sociales, un error operacional o una queja de un cliente pueden escalar a la velocidad de la luz, generando una crisis reputacional en horas. La empresa que ha invertido sistemáticamente en RR.PP. tiene una ventaja crucial: una reserva de buena voluntad ya construida con sus stakeholders y medios de comunicación. Esta reserva actúa como un amortiguador, haciendo que la audiencia sea más propensa a dar el beneficio de la duda y aceptar las explicaciones y las soluciones propuestas por la empresa.
En definitiva, las Relaciones Públicas no son un gasto suntuario ni una moda pasajera; son una inversión estratégica en la credibilidad, la visibilidad y, fundamentalmente, en la supervivencia y el crecimiento rentable de cualquier PyME que aspire a trascender en su rubro

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