El anuncio del Gobierno de impulsar una reforma laboral con vigencia en 2026 reactivó las expectativas de distintos sectores productivos que —ante una normativa más flexible— planean expandir sus dotaciones de personal.
Según un reciente informe de la consultora ManpowerGroup, para el primer trimestre de 2026 los empleadores en la mayoría de las regiones del país prevén aumentar su plantilla, con un optimismo especialmente alto en el Noreste Argentino (ENE +15 %) y la región Pampeana (ENE +13 %).
Los sectores que dieron señales
* Tecnología e informática: Por su dinamismo, demanda de talento y necesidad de innovación constante. En 2025 este rubro lideraba las expectativas de contratación.
* Energía / Gas & Petróleo / Minería: Con proyectos de inversión y un horizonte de mayor demanda energética, este segmento aparece con potencial de crecimiento al requerir técnicos, operarios y especialistas.
* Agroindustria y agronegocios vinculados: Incluye insumos, servicios logísticos, comercio exterior y producción primaria, donde se anticipa demanda de perfiles técnicos, comerciales y administrativos.
* Comercio, consumo interno, retail y logística: Sectores que reaccionaron rápidamente tras las elecciones, anticipando una “temporada de contrataciones” por la recuperación del consumo.
* Construcción e infraestructura: Si bien en 2025 el empleo en construcción mostró caídas, las proyecciones de crecimiento del sector —impulsadas por inversiones en energía, obras públicas e infraestructura — podrían revertir la tendencia hacia 2026.
Optimismo y desafíos
El optimismo se apoya, además, en la promesa oficial de una “convergencia de factores políticos, económicos y sociales” que, según el ministro Luis Caputo, haría de 2026 “un año espectacular” para la economía, lo que podría facilitar inversiones y creación de empleo.
No obstante, hay desafíos: los datos recientes muestran que entre 2023 y 2025 se perdieron empleos registrados en sectores como manufactura, transporte, construcción y administración pública. Además, la transformación no será homogénea: zonas con menor desarrollo productivo o infraestructura —o con alta informalidad— podrían quedar retrasadas.

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