El gobierno de Suiza aprobó este martes la utilización de un dispositivo denominado "Sarco", una cápsula de aspecto futurista que será utilizada para casos de suicidio sin asistencia. La máquina fue diseñada por el médico australiano Philip Nitschke, defensor de la eutanasia, práctica que desde hace tiempo es legal en el país europeo.

Sarco tiene la forma de una cápsula, se imprime en 3D y tiene el espacio suficiente como para que el paciente se ubique dentro y desde ahí puede activar el sistema. Lo que hace el dispositivo es reemplazar el oxígeno por nitrógeno, sin causar ningún tipo de incomodidad ni reacción extraña a la persona que la utiliza, de acuerdo a la explicación técnica.

La cápsula es biodegradable y sirve como ataúd para el entierro o la cremación.

Su creador asegura que el deceso se produce en un lapso de entre cinco y 10 minutos luego de que el paciente cae en estado de inconsciencia; previo a ello, la única reacción anormal puede ser que el usuario experimente la sensación de estar "ligeramente borracho" o eufórico.

Nitschke dijo que en la actualidad existen dos prototipos. Uno de los objetivos de esta tecnología tiene que ver con facilitar el proceso a quienes deseen recurrir a la eutanasia, que en la actualidad requiere aprobación de médicos y de una evaluación psicológica.

El Dr. Philip Nitschke, creador del dispositivo "Sarco".

Con "Sarco", el proceso tendría que ser más sencillo y sin que haya personal de la salud involucrado.

"Nuestro objetivo es desarrollar un sistema de inteligencia artificial que evalúe la capacidad mental del individuo", explicó el médico. Una vez completada esa evaluación, la persona que desee el suicidio asistido recibirá un código para abrir la escotilla.