El coronavirus se expandió a nivel mundial y no hay país que haya quedado exento de su incidencia. El cardiocirujano rosarino Juan Carlos Chachques, radicado hace 40 años en Francia, contó cómo se desarrolla allí la cuarentena y dio su punto de vista sobre la evolución de la pandemia, a la que comparó con una potencial tercera guerra mundial, dada la masividad del “enemigo” contra el que lucha la población, sin importar su lugar de origen.

En diálogo con La primera de la tarde (Radio 2), el profesional –que trabaja en el área de Cardiología, y realizó misiones humanitarias en África y América Central– cuenta que ha pasado más tiempo de su vida en los hospitales que en su casa, por lo cual –deduce– ha adquirido “una cierta inmunidad”. Asimismo, aclara que el hospital donde trabaja “no se especializa en enfermedades infecciosas”.

Sin dudas: sí al barbijo

A pesar de todo el debate que precedió a la implementación del barbijo de forma masiva para toda la población, Chachques considera que es una de las mejores medidas de bioseguridad, junto con el uso de guantes y anteojos y la recomendación de no tocarse el rostro luego de tocar una zona de riesgo.

“El barbijo es fundamental. Cambió la historia de la cirugía. Hasta los años ’20 y ’30 del siglo XX se operaba sin barbijo y sin guantes y las infecciones eran enormes. A partir de mitad del siglo XX, se empezaron a usar ambos elementos y cambió completamente el pronóstico de las enfermedades y se acabaron las grandes infecciones quirúrgicas”, asegura.

En relación con el coronavirus y su evolución, el médico señala que ya había estado presente con anterioridad, “pero no fue tan agresivo como ahora. Por lo que se observa –remarca– se adaptó y aumentó tanto su agresividad como su velocidad de ataque y su expansión, ya que se propagó a nivel mundial muy rápidamente”.

De esa característica del virus y de la lejanía aún, de la vacuna, se desprende que el cumplimiento de la cuarentena por parte de la población, sea necesaria. “La vacuna puede llegar a aparecer dentro un año, pero yo creo que un 60% o 70% de la gente va a adquirir inmunidad, como pasó con otras epidemias. Cuando aparezca la vacuna, se va a inocular durante mucho tiempo y con eso se va a minimizar la agresión del coronavirus en el mundo”, afirmó.

Mientras tanto, el profesional subrayó la importancia de cumplir con la cuarentena como forma de evitar la propagación a gran escala del virus. “No había otra solución. No hubo tiempo. Todo fue muy rápido y tampoco se pueden hacer millones de tests a toda la población del mundo, así que hay que trabajar en los focos y aislar a los pacientes que se infectan”, afirmó.

“Ahora es el momento de empezar a levantar la cuarentena en Argentina, pero hay que hacerlo de forma gradual”, explica, y agrega que “en Francia se dividió en zonas (roja y verde) en relación con la cantidad de infectados, y no se permite que se vincule la población de una zona con la de la otra.

“Bares, restaurantes, cine y fiestas no es lo más importante. Hay que elegir empezando por la actividad productiva del país”, dijo el médico y advirtió que “no se puede asegurar que el panorama va a empeorar por la llegada del invierno, ya que los inviernos no son tan crudos como los de antes, pero al mismo tiempo alertó a pensar que no todo está terminado y solucionado cuando el invierno haya finalizado.

“Hay que pensar que a lo mejor, estos virus que se adaptan muy bien a las dificultades, terminen adaptándose también al calor. No estamos seguros de que esto se termina en el verano. Con el coronavirus, no hay nada definitivo, todavía”, concluyó.