El telescopio espacial de rayos gamma Fermi descubrió en el 2010 dos estructuras gigantescas a ambos lados de nuestra galaxia. Estos objetos se extienden 25.000 años luz y han sido denominados "burbujas de Fermi".

Estas regiones emiten rayos gamma alrededor del centro de la Vía Láctea, pero su origen siempre fue un misterio para los científicos. Ahora, sin embargo, un científico de la Universidad Metropolitana de Tokio encontró la respuesta.

El profesor Yutaka Fujita, utilizando observaciones de rayos X del satélite Suzaku, descubrió que había muchas posibilidades de que las burbujas de Fermi fueran producidas por vientos rápidos salientes que soplaron a 1000 km por segundo durante 10 millones de años.

Por supuesto, no se trata de vientos como los experimentaríamos en la Tierra, sino de corrientes de partículas altamente cargadas que viajan a gran velocidad y se propagan por el espacio. Estos vientos se desplazan hacia el exterior e interactúan con el "gas del halo" circundante, provocando un "choque inverso" que crea un pico de temperatura característico. Las burbujas de Fermi corresponden al volumen dentro de este frente de choque inverso, según publicó el sitio Esquire.