Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, se reunieron este viernes en una cumbre de alto riesgo en Alaska con el objetivo de buscar llegar a un acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania. Al término del encuentro, ambos mandatarios lo calificaron como “muy productivo” durante una conferencia de prensa conjunta. 

La reunión a tres bandas entre los dos presidentes y sus asesores principales duró aproximadamente tres horas. Aunque Putin dijo que espera que el "entendimiento" con Trump traiga paz a Ucrania, ninguno de los dos respondió preguntas de los periodistas presentes.

Luego de la reunión entre ambos mandatarios, Trump destacó: “Hemos llegado a un acuerdo en muchos puntos, pero hay dos temas que no están totalmente resueltos. Sin embargo, hemos logrado avanzar”, dijo sin dar mayores precisiones.

De todas maneras, adelantó que “el próximo paso” será conversar con la OTAN y Volodimir Zelenski, para de esa manera intentar llegar a un arreglo.

“Nuestro país está interesado en poner fin a la situación pero necesitamos una solución sostenible que erradique en las raíces del conflicto, para que se aseguren todos los intereses de Rusia y se restaure el balance de fuerzas en Europa y en todo el mundo”, agregó el presidente ruso.

Los líderes llegaron en sus respectivos aviones presidenciales y descendieron en la pista de una base aérea, con Trump aplaudiendo mientras Putin pisaba suelo occidental por primera vez desde que ordenó la invasión de Ucrania en 2022.

El encuentro se llevó adelante en la base militar Elmendorf-Richardson en Anchorage, capital de Alaska. Territorio que EE.UU. compró a Rusia en 1867 por 7.2 millones de dólares (entre 150 y 200 millones a valor actual) y que fue clave durante la Guerra Fría.

El poderío militar de Estados Unidos quedó en evidencia con un bombardero furtivo B-2 sobrevolando el lugar, mientras un periodista gritaba en voz alta a Putin: “¿Dejarás de matar civiles?”. Putin, impávido, sonrió mientras Trump daba el inusual paso de escoltarlo hasta “La Bestia”, la limusina presidencial estadounidense, antes de proceder a la reunión que tuvo lugar en una sala frente a una pantalla que decía “En busca de la paz”.