El ingeniero César Sciammarella es un argentino de 97 años que participó en el desarrollo del Apolo 11 la quinta misión tripulada de Estados Unidos y la primera de la historia en lograr que un ser humano llegara a la Luna un 20 de julio de 1969.

A 53 años de aquel episodio tan trascendente para la humanidad, el experto habló con el programa El Contestador (Radio 2) desde su casa de Chicago, en Estados Unidos.

El ingeniero civil recibido en 1950 en la Universidad de Buenos Aires (UBA), trabajó durante 3 años en la NASA para el proyecto del Apolo XI y además estuvo a cargo de la construcción de la esfera de contención de la central atómica de Atucha II, un desarrollo aun considerado de avanzada en el país.

Sobre el cohete enviado a la Luna dijo que “no tenía nuingún miedo porque se habían evaluado todas las posibilidades”. “Teníamos una gran confianza por lo que el cohete podía hacer”, recuerda Sciammarella y agregó que “cuando terminó la misión sintió alivio y orgullo”.

Consultado sobre su lucidez y bienestar a los 97 años, el ingeniero respondió que sus antecesores le dieron una buena salud “física y mental”. En ese sentido, recomendó “tener tranquilidad espiritual, sin ansiedad; saber lo que uno puede hacer y las limitaciones que el ser humano tiene”.

También se animó a dar un consejo a los argentinos para prosperar como pueblo: dijo que “tiene que haber voluntad política y consenso de toda la población para no caer en luchas no conducen a nada”.

“Es bueno que todos los ciudadanos pensemos en un objetivo común”, dijo Sciammarella en Radio 2.

Finalemente, sobre la humanidad aseguró que anhela que “en el futuro pueda ir al espacio para expandir la esfera de influencia en el universo”.

Pero también lo entusiasman los pronósticos familiares: “Espero que mis nietos en el futuro sepan lo que hizo su abuelo”, concluyó.

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