Además de por muchas otras cosas, el 2020 será recordado como el año en el que murió Diego Armando Maradona. El ídolo futbolístico del país falleció a los 60 años a causa de una descompensación cardíaca. Esto hizo que las redes recuerden distintos momentos memorables, tanto en su etapa de jugador como también los gestos que tenía fuera de la cancha.

Uno de esos gestos que volvió a viralizarse en la víspera de este año nuevo, fue cuando Diego quiso pasar el 31 a la noche con Guillermo Coppola. En una situación común, la anécdota no tendría demasiado valor, pero fue en 1996, cuando el manager y amigo del Diez, estaba preso en la cárcel de Dolores.

“El 31 de diciembre, 22.45, unos amigos me habían mandado un lechón, había preparado una mesa con bombones italianos, teníamos vino, todo listo para recibir el año nuevo, cuando el director del penal me llama a su despacho. Yo pensé que me iba”, comenzó su relato Coppola en Fox Sport Radio en febrero del 2020, pero que este jueves volvió a viralizarse.

Tras salir del pabellón y llegar a la oficina del director, el representante contó que se encontró con Maradona, que había ido especialmente a pasar el 31 con él dentro de la cárcel. “Te volviste loco, le dije entre lágrimas y me dijo que se iba a hablar con el director”.

Según su relato, a los 10 minutos de que Diego ingresó a la oficina, la puerta se abre y lo hacen pasar. “El director me dice que tengo un amigo que está loco y que le quiso pegar para quedarse detenido conmigo. A lo que el empleado penitenciario le explicó que si él hacía eso, lo iba a tener que denunciar y lo iban a trasladar a otro lado”.

“Nos seguimos abrazando y le digo a Diego que vaya, antes de salir, me pone 500 dólares en la mano”, recordó el empresario futbolístico. Una vez dentro del pabellón, Coppola no pudo disfrutar de la cena de fin de año que había preparado porque sus compañeros ya se habían comido todo.

A los pocos minutos, uno de los internos lo llama nuevamente y le dice que Maradona estaba sentado en el cordón de la vereda con la cabeza entre las piernas. “Lo veo e intento llamarlo, pero no me escucha, entonces llamó al guardia y le pagó 200 dólares para que me deje usar el teléfono público”, reveló.

Tras pagar la coima, Coppola se comunicó con Claudia y le pidió que lo vayan a buscar porque estaba sólo en la calle. “A los 40 minutos veo que lo llevan, me despreocupo y cuando vuelvo a la mesa, llamo otra vez al guardia y le doy otros 200 dólares para que me consiga comida y algo para tomar.

“Me abrió otra vez y me mandó al pabellón de enfrente que, a comparación del nuestro, era el Four Season. Abro la heladera y me llevo de todo para volver con mi tropa y brindar, como el que estaba en el otro pabellón no me dijo nada, de bronca le tiré los 100 dólares que me quedaban de lo que dio Diego”, recordó entre risas.