Desde el “futuro” Carmen Sánchez Alegría puede dar la clave para enfrentar la segunda ola de coronavirus en Argentina. Es médica intensivista en Madrid, España, donde surfean el rebrote de casos positivos hace 12 semanas, y para la profesional, paradójicamente, no hay tanta ciencia: la herramienta más fuerte para evitar los contagios es cuidarse individualmente y respetar las medidas sanitarias.

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), Sánchez Alegría habló desde su experiencia: 30 años de profesión, atención de los pacientes más críticos de coronavirus y haber sido ella misma paciente. “Estamos combatiendo la segunda ola, no salimos de una y entramos en otra”, advirtió.

“Es posible empezar a mirar el futuro con esperanza pero la mejor manera es con la prevención, con el ánimo en alto y cada uno desde su lugar poniendo su grano de arena”, comenzó. “No resultó fácil, perdí a mi padre y a un año y no he podido despedirme. Es difícil de explicar y mantener la calma también pero no queda otra cosa que la aceptación”, resumió y agregó: “Ya llegará el tiempo de reunirnos y abrazarnos. Estamos viendo un poco de luz al final de túnel pero con prudencia, porque ya la hemos visto y volvimos a tener contagios”.

“Hay vacunas y espacios en las unidades de cuidados críticos, pero si no hay responsabilidad individual de mantener las mismas medidas de prudencia social, no sirve. Tenemos que lavarnos las manos, tenemos que mantener prudencia social, lo que depende de nosotros es la verdadera herramienta”, manifestó y profundizó al respecto: “Luchar en contra de lo que no está en nuestras manos no, hay que tomar medidas individuales y afrontar lo que sucede”.

Consultada por las personas que niegan la pandemia, observó: “En España ha habido grupos de personas que han intentado crear opinión de forma anticientífica, también hay gente que dice que la Tierra es plana. Tenemos que esperar que su opinión no nos contagie, cuando uno cree tener la verdad en la mano siente que no hay nada por escuchar. No hay que gastar mucha energía en ellos porque es darle más espacio, lo mejor es ignorarles”, aconsejó.

La médica consideró que “hay gente que no entiende el peligro del virus y se mueve desde la rebeldía y es difícil porque las mediadas no tienen término. Se rebelan, quieren divertirse y ha habido casos que gracias a dios han sido pequeños porque la mayoría hemos aceptado las medidas de confinamiento. Hay casos muy emotivos que nietos que recién después de un año han abrazado a sus abuelos”, destacó.

Por último, aseguró: “Aquí en España no se ha tenido que elegir a quien dejar el respirador entonces, agradezco poder vivir aquí, no se qué sería de mí si tuviera que hacerlo. Yo fui paciente y siempre puse a mi favor lo que tenía: el sentido común  y no dejarme llevar por el pánico. Cuando uno no pone el miedo y la angustia en la respiración es más sencillo, no hay que poner zancadillas al cuerpo por la angustia”, concluyó.