El femicidio de Romina Sánchez, de 25 años, tuvo lugar el sábado pasado en Villa Gobernador Gálvez. La joven, madre de tres hijos de 7, 3 y casi 2 años, fue asesinada a tiros y por el crimen fue imputado su exnovio, Damián Ezequiel “Mugre” Paiz (33), quien había sido denunciado por violencia de género, a fines del año pasado.
Pese a los antecedentes de violencia, Paiz se encontraba en libertad y solo tenía una restricción de acercamiento dictada el 9 de octubre.
En medio del dolor, la abuela y la tía de Romina, María y Lidia, quienes la criaron desde que era bebé —su madre murió al nacer—, contaron en De 12 a 14 (El Tres) el calvario que la joven atravesó durante años y reclamaron justicia.
Lidia relató que Romina vivía hostigada por su expareja: “Ella lo había denunciado por violencia de género y la jueza decidió largarlo. Él la vivía molestando, ella le hizo una restricción de acercamiento y él seguía acosándola. Estaba obsesionado con ella, quería volver. Romina no quería saber nada, la vivía golpeando. Intentó matar a su propio hijo una vez en el arroyo Saladillo, lo quiso tirar. La amenazaba, le decía a Romina que si ella no volvía con él, iba a matar al nene”, contó.
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— De12a14 (@De12a14) November 13, 2025
Imputaron al asesino de Romina, la mujer asesinada días atrás.
��️ “Estaba obsesionado con ella, quería volver. La amenazaba con matar a su hijo si no volvía con él”, contaron Lidia y María, familiares de la víctima.
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Por su parte, la abuela de la víctima, María, describió las difíciles condiciones en las que vivía su nieta y la violencia que sufría: “Romina tenía que salir a pedir para poder darle de comer a los chicos”, expresó, y agregó que “no solo era víctima de violencia de género por parte de su pareja sino también por parte de su cuñado”.
“Esperamos que se haga justicia. Queremos perpetua. Estamos esperando el llamado de Niñez para pedir la custodia de los chicos. El día que la mataron, el lugar estaba lleno de gente. No le importó nada y la mató igual. Se habían encontrado ahí porque él le había prometido que le iba a dar dinero para los pañales del nene”, relató.
Mientras la causa avanza y Paiz enfrenta la imputación por femicidio agravado, las mujeres que criaron a Romina buscan ahora proteger a los tres hijos que quedaron huérfanos. “Lidia y yo nos vamos a hacer cargo de los nenes”, afirmó María.
Después de consumar el crimen, el agresor corrió hacia una moto que lo aguardaba a los pocos metros. Quien manejaba el vehículo era su hermano Alejandro Enrique Paiz, el cuñado de Romina que también la violentaba según el relato de las familiares, quien se presume que además le consiguió el revólver para concretar el hecho. También está en prisión preventiva.



