"Tenemos poca policía en Rosario". El intendente Miguel Lifschitz dejó en claro que la inseguridad es uno de los temas que lo preocupa. Y en ese sentido, dijo que si bien Rosario no es el Gran Buenos Aires en cuanto a los índices de criminalidad –sostuvo que los problemas de seguridad en la ciudad "no son graves"–, "hay que abordar el tema a tiempo para no tener situaciones más complicadas".

"Son necesarios más efectivos. Tenemos todos los días actividad nocturna, hay un volumen de gente que antes no teníamos que tiene que ver con el turismo. Hay que adaptarse y esto requiere más presencia policial", insistió.

Lifschitz también marcó la gran cantidad de calles con zanjas en distintos barrios como uno de los hechos que demora que Rosario se convierta definitivamente en una ciudad moderna. En ese sentido lamentó que durante quince años, mientras los servicios sanitarios estuvieron en manos de Aguas Provinciales, no se hayan hecho obras de cloacas y celebró que Aguas Santafesinas se proponga ahora encarar el tema.

El tema zanjas fue el primero que tocó Lifschitz durante su visita a los estudios de Radio 2, donde desde las 7.45 participaba del programa Tempranísimo contestando preguntas de los oyentes y de los periodistas Nacho Suriani y Sergio Roulier.

“No hay pavimento sin eliminación de zanjas. La zanja es una rémora del pasado, signo de la vieja ciudad que aún no pudimos resolver en su totalidad. El gran desafío pasa por eliminar la zanja, por ahí pasa el click que implicaría pasar de la vieja ciudad a una más moderna”, afirmó el intendente.

El jefe comunal sostuvo que “calles de tierra quedan pocas, algunas en los confines de la ciudad. Pero zanjas hay muchas”. Y aseguró que el problema no es la falta de mantenimiento sino que “es un mal sistema”. “Basta que un vecino tire unos escombros para que todo funcione mal”, enfatizó. Y luego agregó: “La solución definitiva es hacer las cloacas y luego los pavimentos con cordón. Pero lamentablemente tenemos que ir atrás de las obras de cloacas, que no dependen de nosotros”.

Lifschitz destacó la buena relación que mantiene con el gobernador Jorge Obeid, evidenciada por los millonarios fondos que la provincia destinará a Rosario para afrontar los daños provocados por las últimas inundaciones, y responsabilizó las "segundas líneas" por los cortocircuitos que hubo en torno a diversos temas durante lo que va de la gestión de ambos.

"Con el gobernador hemos podido mantener una buena relación, que no siempre se ha trasladado a las segundas líneas", afirmó.

Aunque admitió que hay "un problema institucional" que tiene que ver con las dificultades para "compatibilizar el dinamisno de Rosario con un gobierno provincial más estructurado, más burocrático, más pesado". El intendente dijo que aún con Hermes Binner como gobernador ése será un tema difícil de resolver.

De todos modos, resaltó que con Obeid siempre han priorizado los intereses de la ciudad y la provincia sobre cualquier diferencia en lo partidario.

Consultado sobre cuál es el problema de la ciudad más determinante, señaló "la existencia de los asentamientos irregulares a pesar de los esfuerzos que se realizan a través del Plan Hábitat". En ese sentido, sostuvo que la ciudad necesita del aporte de la Nación y la provincia para solucionar el déficit de vivienda.