La jueza Alejandra Rodenas, desde ayer al mediodía a a cargo de la causa del crimen del supuesto ex capo narco Luis Medina y su joven pareja por decisión de la Cámara Penal, confirmó que se ordenaron una serie de pericias y allanamientos que arrojaron, entre otras cosas, el secuestro de un teléfono celular, una notebook y de una computadora de quien fuera el inversor de Esperanto Rosario. Estos elementos se encontraban en la habitación del Hotel Pullman donde se alojaba Medina y adonde se dirigía cuando fue ejecutado tras una persecución en Acceso Sur y Ayolas.

Rodenas, en diálogo con el programa Radiópolis, de Radio 2, advirtió que el caso es de “muy complejo esclarecimiento”, entre otras cosas porque la estructura policial no está preparada para investigar este tipo de crímenes mafiosos, muy diferente a lo que está ciudad estaba acostumbrada a ver hace no demasiado tiempo atrás. La jueza habló incluso de una “cara oculta” que “ha mostrado Rosario”.

“Este es un hecho complejo, que viene a formar parte de una serie que viene de los últimos años y que de alguna manera constituye un cuadro particular, diferente, al que estábamos acostumbrados”, explicó. Además, están las dificultades de la falta de testigos, de registros de cámaras de seguridad y que tampoco el auto tenía GPS como para saber, por ejemplo, cuál había sido el recorrido de la víctima.

Consultada sobre si hay alguna causa previa que involucre a Medina con el narcotráfico, aclaró que la Justicia provincial no tiene competencia sobre ese tema pero que tiene entendido que habría una investigación en marcha en la Justicia federal y otra en la Secretaría de Delitos Complejos del gobierno provincial. En ese sentido, informó que los oficios ya han sido librados y que está a la espera de la respuesta sobre esa cuestión, que puede ser de interés para “reconstruir el escenario y las motivaciones del homicidio”.

Para la magistrada, “lo que subyace es que detrás de estos homicidios hay otros negocios vinculados con el narcotráfico”.