¿Cuántos hinchas de Central habrán cerrado los ojos e imaginado por un instante que esos dos plateístas ilustres que estaban ahí, a escasos metros de distancia, se sacaban los largos, se ponían los cortos y se metían en la cancha para torcer el rumbo del partido? Seguramente varios. Es que Cristian González y Pablo Sánchez estuvieron presentes en el Gigante, y sufrieron como el resto de la gente por el flojo desempeño del equipo. El sueño no podría convertirse en realidad: “Vitamina” ya es un director técnico hecho y derecho, y el “Kily” por ahora lejos está de reincorporarse al grupo que integró hasta mediados de año.
“¡Y Ronald tiene aguanteeeeeeee!”. Más o menos así tronaron las tribunas de Central este sábado a la tarde en el preciso instante en que los jugadores asomaron la cabeza por el túnel. El grito tenía un único destinatario: el defensor Ronald Raldes. Es que el boliviano venía de pifiar feo en los dos últimos cotejos disputados por la Academia, y de provocar con sus errores la pérdida de cinco puntos que el equipo merecía (dos por su desliz ante Gimnasia, regalando el empate de Batalla, y tres por la chambonada ante Independiente, obsequiándole a Denis la victoria). Pero por lo visto (o escuchado), el del Altiplano tiene banca: los hinchas pusieron coloradas sus palmas de tanto aplaudirlo, en un tributo generoso y auténtico a un jugador que brilló siempre pese a ese aislado par de fallas.
La reserva, en las antípodas de la Primera. Claro, porque si el equipo principal que dirige Ischia parece estancado y todavía no ganó en el Apertura, los muchachos que juegan el preliminar siguen en franca remontada. Esta vez, derrotaron al Globo por 1 a 0 con gol de Gonzalo Castillejo, y esa alegría se engarza con el 4 a 2 a Gimnasia de La Plata que habían conseguido por la segunda fecha. Contra Independiente no jugaron, y la derrota por 2 a 1 sufrida ante Boca en la Bombonera ya parece un lejano recuerdo.

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