Un delegado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Rosario murió este miércoles de un paro cardíaco luego de un disturbio entre trabajadores de la firma Electrolux y despedidos de la empresa apoyados por agrupaciones políticas, informó la entidad gremial.

La víctima fue identificada como Edgardo Benedetti, delegado de la seccional local de la UOM en la fábrica CYM, ubicada en las afueras de la ciudad, donde la tensión se había reavidado desde la mañana.

Según la UOM, el delegado falleció por la tarde en la puerta de la empresa de línea blanca Electrolux, donde un grupo de trabajadores despedidos mantiene un bloqueo desde hace una semana.

Benedetti había llegado hasta el lugar para apoyar a los empleados de la fábrica que se oponen al piquete de los despedidos.

La muerte se habría producido luego de que los empleados de la firma y los despedidos se enfrentaran a golpes para que ingresara una ambulancia a atender al delegado, que se había descompensado.

La UOM denunció que "personas afines al bloqueo no permitieron el paso de la ambulancia para atención del trabajador que falleció sin poder ser socorrido médicamente".

Pero los abogados de los cesanteados, Celina Tidoni y Agustín Comas, expresaron que "en ningún momento el día se interrumpió el paso de ninguna ambulancia para entrar o salir de la planta".

"Esto se trata de una mentira alevosa de la UOM. Lo que sucedió fue el fallecimiento por un infarto de un delegado de otra empresa que fue llevado allí por la dirección de la UOM", dijeron en un comunicado.

El dirigente del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), Octavio Crivaro, cuya fuerza apoya el reclamo de los despedidos, afirmó que "no queremos que actúen estas patotas en Santa Fe".

Desde la UOM, en tanto, expresaron: "Se nos ha muerto un compañero producto de la locura de personas que negaron el paso de la ambulancia para su atención".

"La situación paso todos los límites. Llamamos a la cordura para que los trabajadores puedan volver a sus puestos laborales", dijo en un comunicado, para agregar que "el derecho a reclamar es digno y se respeta, pero hoy lo sucedido ya nada tiene que ver con reclamar derechos".