La tensión en la puerta de la empresa rosarina Electrolux regresó este miércoles a la mañana cuando empleados salieron a cargar a mano insumos que llegaron en camiones y de esa manera rompieron la protesta que protagonizan unos 15 despedidos, quienes piden volver a sus puestos.

El acampe de los trabajadores echados se mantiene en la puerta de la firma de Batlle y Ordóñez al 3400. Si bien la empresa y la fiscal Valeria Haurigot los denunciaron por "sabotaje y usurpación”, el juez Hernán Postma aceptó la imputación pero no hizo lugar al desalojo. Señaló que el origen del problema es “un conflicto laboral” que aún no está resuelto porque hay una negociación abierta en el Ministerio de Trabajo.

En ese marco, este miércoles llegaron a la puerta de la firma camiones cargados con insumos y empleados salieron desde el interior de la fábrica a cargar a mano esa mercadería para activar la producción. Esa acción impulsada por la empresa enfrentó a los despedidos que piden retomar sus puestos con sus compañeros que temen, a su vez, perder el trabajo, según informó desde el lugar la periodista Fernanda Rubio (Cada día, El Tres).

En los primeros minutos se produjo una discusión y hubo tensión entre las partes. “Acá hubo una decisión ilegal que son los despidos porque la empresa estaba en proceso preventivo de crisis y los trabajadores realizan una legítima medida, como dijo el juez y como dijo el ministro de Trabajo (Julio Genesini)”, aseguró la abogado de los obreros cesanteados.

“Estamos mal, para nada bien, la empresa busca ponernos en contra de nuestros compañeros”, lamentó uno de los despedidos, que no cuentan con el apoyo de la UOM, según señalaron.

En cambio, una de las empleadas dijo que al salir a cargar los insumos y romper la protesta “estamos cuidando nuestro trabajo porque acá hay 900 familias”. Afirmó que como la carpa de los trabajadores en conflicto no deja ingresar a los camiones “estamos parados hace diez días y la empresa está para producir y vender, ese es el negocio”.

“Nosotros tenemos que hacer esto para seguir trabajando, tememos perder nuestro trabajo, si no producimos ¿qué pasa? A ellos los apoyamos y los entendemos pero tenemos que defender nuestros puestos”, expuso sobre la situación que los dejó enfrentados con sus compañeros. Otra vocero dijo que sólo había tres obreros despedidos presentes en el acampe.

Más tarde, sobre el mediodía, la tensión regresó a Batlle y Ordóñez y Ovidio Lagos cuando desde el sector de los manifestantes cruzaron un auto para impedir que la descarga continúe. "Nosotros vamos a seguir con el acampe de forma pacífica hasta el viernes (día en que habrá una audiencia en el Ministerio de Trabajo)", dijo a El Tres uno de los despedidos. 

Desbloquear la planta sería "algo frío, irracional y hasta violento”

La fiscal Valeria Haurigot acusó a los trabajadores despedidos de “sabotaje y usurpación por turbación” y solicitó el “cese del estado antijurídico”. El juez Hernán Postma rechazó el pedido y argumentó: “Soy un juez penal. Llego a esta audiencia para resolver un conflicto. Y el origen es claro: es un conflicto laboral. Y hoy deriva en que hay personas que pueden haber cometido probables injustos y están sujetos a una investigación penal. Adquirieron el carácter de imputados, pero hay algo muy importante: son trabajadores que están tratando de reivindicar sus derechos. Todavía están en relación laboral aunque hayan sido despedidos, porque hay una intervención del Ministerio de Trabajo que no cesó”.

“Un juez penal no puede intervenir cuando lo hace el Ministerio de Trabajo y tomar una medida que podría llegar a perjudicar la solución del conflicto. Disponer esta medida (el desbloqueo de la planta) sería algo frío, irracional y hasta violento”, añadió el magistrado según citó El Ciudadano.

“Hay un conflicto con pérdidas para todos. Y hay veces que es más significativa la pérdida del trabajador que la del empresario”, agregó.