En el mismo día que el presidente Néstor Kirchner le pidió a la ONU canjear deuda externa de los países en desarrollo a cambio del aporte que estos hacen en “el mantenimiento de nuestros reservorios naturales de vegetación y bosques", los campesinos de todo el país marcharon a Plaza de Mayo para denunciar diversos casos de contaminación en el país.
El doble escenario se dio este lunes. En Buenos Aires, trabajadores rurales y entidades ambientalistas se manifestaron contra la contaminación que generan la explotación minera a cielo abierto, la extensión de los monocultivos y la precarización laboral en el campo.
La marcha -que según los organizadores reunió a unas 2.000 personas- estuvo encabezada por militantes del Frente Darío Santillán y del Movimiento Nacional Campesino Indígena, que movilizó a unos 400 trabajadores rurales.
Los reclamos centrales del sector, apoyado por movimientos de desocupados y organizaciones estudiantiles, apuntaron hacia la explotación contaminante de los bienes naturales, la expulsión de los campesinos de sus tierras y las condiciones de trabajo precarias que -según denunciaron- se viven en el campo.
"Los monocultivos, como el de la soja, están pensados en función de la exportación y arrasan la tierra", afirmó a Télam uno de los voceros de la Unión de Trabajadores Sin Tierra de Mendoza, que integra el Movimiento Nacional Campesino, Diego Montón, quien viajó a la marcha junto a 70 compañeros.
Montón señaló que en Mendoza, el problema que más preocupa a los campesinos es la apropiación del agua y la tierra por parte del empresariado. "Las familias rurales no tienen acceso al agua de riego y son expulsadas de la tierra que habitan", dijo.
La tierra y el agua, agregó, "deben cumplir una función social" y afirmó que "el Estado tiene que garantizar la presencia de familias campesinas en el campo y la pluralidad de cultivos".
La minería a cielo abierto, la desaparición de los bosques nativos, "que en muchas regiones son desmontados para sembrar soja y otros cultivos transgénicos", y la sobreexportación de petróleo, son las otras denuncias que hicieron las organizaciones.
La movilización -que comenzó pasadas las 10 en Retiro y llegó a Plaza de Mayo aproximadamente a las 17-, realizó escraches ante la sede de la empresa Monsanto, especializada en biotecnología; la minera Barrick Gold, y la petrolera Repsol, señaladas por los campesinos como responsables del "saqueo ambiental".
La protesta, que incluyó pintadas y teatralizaciones, pasó por el Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, donde se leyeron los reclamos, y concluyó con un festival de música frente a la Casa Rosada.
Mientras tanto, en Nueva York, Kirchner aseguraba que países como Argentina son “acreedores ambientales de los países desarrollados”.