El caso Ángeles Rawson llegó a una etapa de definiciones: este martes el juez Javier Ríos deberá determinar la situación procesal de Jorge Mangeri, el único imputado por el crimen de la adolescente. En su declaración del lunes, el portero había vuelto a denunciar apremios ilegales; sin embargo un nuevo testimonio lo complica: un taxista aseguró que lo llevó al predio del Ceamse con dos bolsas de consorcio y que una de ellas se movía. Esta madrugada Ríos ordenó allanar su domicilio.
Según publicó Télam, el testigo se presentó este lunes por la tarde ante Ríos y contó que no se había presentado con anterioridad porque estaba atemorizado. Relató que el lunes 10 de junio, cerca de las 14.30, un hombre le hizo señas para detenerse en la esquina de Ravignani al 2300 y le pidió un viaje, sería Mangeri.
Debido a que éste cargaba dos grandes bolsas, el chofer se negó en un primer momento a prestarle el servicio, pero luego de que el pasajero le ofreciera poner un plástico en el baúl para no ensuciarlo, accedió. Tan pesados eran los paquetes –recordó el taxista– que Mangeri tuvo que pedir ayuda a unos chicos que pasaban por el lugar.
Un vez frente a las puertas del Ceamse, el tachero explicó que el portero le pidió que ingresara al predio pese a que el acceso estaba prohibido. Salió entonces al cruce un empleado de seguridad para evitar la maniobra, pero luego de que el portero conversara con él, éste le permitió descargar las bolsas.
Fue en ese momento cuando el taxista observó movimiento en una de las bolsas. Al trasladarle tal inquietud a Mangeri, éste le contestó que se trataba de un perro atropellado, tras lo cual le pidió a los empleados del Ceamse algo para golpearlo.
"Le trajeron una maza, de mango corto pero de martillo grande. Mangeri lo garroteó", dijo el taxista a los investigadores.
Finalmente, el pasajero le entregó dinero a quienes lo ayudaron y solicitó al taxista que lo llevara nuevamente hasta la esquina de Ravignani al 2300, dijo el testigo, quien agregó que el baúl de su auto había quedado manchado con sangre, pero que lo había lavado.
El rodado, un Volkswagen Polo se encuentra ahora en poder de la Policía Científica.