Existe un grupo sanguíneo, muy escaso, que se considera como el donante universal. Se trata del O, tanto el positivo como el negativo. Éste es el más demandado en los hospitales porque puede ser donado a cualquier persona, sin riesgo de tener una reacción a la transfusión.
A lo largo de los años, muchos científicos intentaron transformar otros grupos en este tipo de sangre para poder usarlo en los centros médicos. Recientemente un grupo de investigadores encabezado por el científico de la Universidad de Columbia Británica Stephen Withers descubrieron la existencia de unas enzimas presentes en el intestino humano, capaces de convertir los grupos sanguíneos A y B en el tipo O, que puede ser usado para cualquier transfusión, según el portal 20minutos.
El método de las enzimas ya se intentó desarrollar en 2007, cuando investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) desarrollaron una forma de convertir los grupos A, B y AB en el grupo O. Transformaron la sangre utilizando enzimas recién descubiertas para la realización de transfusiones de sangre. Pero, la novedad de esta fórmula es que es hasta 30 veces más eficiente que las estudiadas previamente, según los científicos.



