La mortalidad por enfermedades cardiovasculares representa casi el 50 % de la mortalidad total entre la población. Dormir mal podría ser un factor de riesgo de un infarto o un ictus y deberían incluirse ene las guías para prevenir la enfermedad cardiovascular. Lo han advertido durante la reunión EuroHeartCare donde se han presentado datos del programa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) denominado MONICA que ha investigado la relación entre los trastornos del sueño y el riesgo de desarrollar un ataque al corazón o un derrame cerebral en el largo plazo.

La mortalidad por enfermedades cardiovasculares representa casi el 50% de la mortalidad total entre la población. Casi el 80% de las muertes por enfermedades cardiovasculares se debe a un infarto de miocardio y de accidente cerebrovascular. Eso quiere decir que estamos hablando de una epidemia de la enfermedad cardiovascular. Por eso, señalaron los expertos, es necesario analizar los posible factores predictivos.

Y entre estos, afirmaron, están los trastornos del sueño, que están muy estrechamente relacionados con la presencia de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo hasta ahora no ha habido un estudio de cohorte de base poblacional que haya examinado el impacto de los trastornos del sueño en el desarrollo de un ataque al corazón o un derrame cerebral.

Más riesgo

El Programa MONICA ha incluido incluyó una muestra representativa de 657 hombres de 25 a 64 años, sin antecedentes de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o diabetes. La calidad del sueño se evaluó al inicio del estudio, en 1994, con la Escala Jenkins Sleep. Además registraron los casos de infarto de miocardio e ictus durante los 14 años siguientes.

Durante el período de estudio, casi dos tercios (63%) de los participantes que sufrieron un ataque al corazón también presentaban trastornos del sueño. Los trastornos del sueño están estrechamente asociados con los estados negativos afectivos (ansiedad, depresión, hostilidad, agotamiento vital), están conectados con el estado social y son una manifestación de la tensión social en la población.

El estudio mostró que aquellos con un trastorno del sueño tenían un riesgo de infarto de miocardio de 2 a 2,6 veces mayor y un riesgo de ictus de 1,5 a 4 veces mayor que los que no tenían un trastorno del sueño durante los 5 y los 14 años de seguimiento.

«Los trastornos del sueño se asocian con una mayor incidencia de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular –afirman los autores del informe. También encontraron que las tasas de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular en personas con trastornos del sueño están relacionados con el estatus social, con el hecho de ser viudo o divorciado, falta de estudios, etc.».

Y el sueño no es un asunto trivial, señala Valery Gafarov, de la OMS: «En nuestro estudio se asociaba con el doble de riesgo de sufrir un ataque al corazón y hasta cuatro veces el de accidente cerebrovascular». Gafarov considera que la falta de sueño debe ser considerado un factor de riesgo modificable para la enfermedad cardiovascular, junto con el tabaquismo, la falta de ejercicio y la mala alimentación. «Las directrices –afirma- deberían incluir el sueño como un factor de riesgo para la prevención de la enfermedad cardiovascular».

¿Cuántas horas? Según este experto, para la mayoría de la gente, una buena calidad del sueño se asocia a 7 a 8 horas de descanso cada noche. «Aquellas que no duermen bien deben hablar con su médico», advierte. «Una investigación anterior mostró que los trastornos del sueño están muy relacionados con la depresión, la ansiedad y hostilidad».

Fuente: abc.es