El 60 por ciento de los videos que se venden en Rosario son truchos. “Hace unos años, la preocupación estaba centrada en los puestos callejeros que comercializaban mercadería pirata pero ahora la situación es mucho peor, porque hasta los mismos videoclubes venden ese tipo de películas”, señaló Alejandro Botbol, miembro de la Cámara Nacional de Videoclubes y propietario de un negocio del rubro en la ciudad. Al no haber controles, también los kioscos de diarios empezaron a exhibir para la venta filmes de estas características y el mercado está a la deriva.

Para poner fin a lo que significa una seria amenaza contra el negocio legal, los involucrados en el tema se reunieron este viernes en la Asociación Empresaria de Rosario. Del encuentro participaron, además de videoclubistas de la ciudad, los presidentes de la Cámara Argentina de Video (Luciano Carli), la Cámara Santafesina de videoclubes (Tomás Vallejo), la Unión Argentina de Videoeditores (Rubén Gutiérrez) y el coordinador de la Guardia Urbana Municipal (GUM) Julio Bisiach.

Tras el encuentro, acordaron impulsar el proyecto Ciudad libre de piratería que apunta al fortalecimiento del contacto entre los videoclubistas, las autoridades de control y la prensa, a fin de combatir a los que en forma ilegal reproducen copias, incluso de películas aún no editadas para cine.

“Ya no alcanza con los allanamientos esporádicos ordenados por la Unión de Videoeditores –concluyeron los comerciantes allí presentes– si no se enfrenta el problema en serio, las consecuencias para los que trabajamos dentro de la ley serán letales”.

Con la idea de organizarse y reclamar juntos, la Cámara rosarina de videoclubes volverá a reunirse el viernes próximo para elegir una comisión directiva hasta hoy inexistente.