El papa Francisco no dudó en posar con un cordero en sus hombros durante una visita a un pesebre viviente en Roma, en otro gesto de la simpleza que lo caracteriza y que sigue sorprendiendo al mundo.

El Pontífice paseó el lunes por el pesebre, con unas 200 figuras vivientes, organizado por los fieles de la parroquia romana de San Alfonso de Ligouri, aunque el Vaticano difundió este martes la imagen del argentino Jorge Bergoglio junto a los animales.

El papa, que ha oficiado por primera vez en su pontificado la misa de Epifanía en la Basilia de San Pedro y después ha rezado El Ángelus, quiso visitar a los más pequeños de la parroquia el día de la "befana", nombre derivado de la palabra epifanía, que consiste en una anciana que reparte regalos en Italia.

Francisco paseó entre los asistentes y saludó a gran parte de ellos, durante la hora que estuvo en la parroquia romana.

"Termina la Navidad, comienza el año, pero Jesús queda entre nosotros. ¿Creen en esto?", preguntó el papa a los niños de la parroquia, a lo que éstos respondieron a coro que sí.

"¿Jesús vence al diablo?", preguntó el pontífice, quien, ante la respuesta afirmativa de los niños, sonrió y dijo: "Felicidades a los catequistas".