“Eso es un ente, un almita, un algo, un no sé qué”. El que habla del misterio del globo rojo que recorrió los pasillos del Hospital de Niños Víctor Vilela es Dante Taparelli. Un artista, un creador y un creyente. No un religioso.

“A mí entender nos debería dar mucha alegría este tipo de situaciones”, dijo el director de Imagen Urbana de la Municipalidad de Rosario, que instó a no tener miedo. Y celebró que si “el sentido común no puede explicarlo quiere decir que hay algo que no entendemos”

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“Creo que es un almita que anduvo dandos vuelats por ahí. Hay puertas abiertas que no percibimos. Estas cosas dan esperanza, no miedo”, insistió en diálogo con Telenoche.

Taparelli practicó espiritismo. Y es quien abrió la puerta, y es el guía, de las recorridas nocturnas por el Cementerio El Salvador.

Sobre esas visitas, contó: “Yo me siento acompañado. La gente cuando sale del cementerio también se sintieron acompañados. Lo que hay ahí son las vidas vividas”.

En ese sentido, remarcó: “Nosotros no somos el cuerpo; el cuerpo es el envase. El alma es cada vez más blanca. Es muy posible que muchas almitas estén dando vueltas por este plano”.

Para él, el globo del Vilela era eso. Lo mismo que las hamacas que se movían solas en Firmat.

Sobre el episodio del Vilela, insistió en que hay que alegrarse, no tener miedo: “No apareció un zombie, apareció un globo. El juguete más humilde de un niño”.