Fingir o fingir, esa es la cuestión. Tal como lo planteó la sexóloga Sandra Laporte en diálogo con Radio 2, “el tema del orgasmo fingido es tan viejo como el sexo”. Pero, según sugirió la especialista, “antes de pensar si los hombres se dan cuenta o no y si las mujeres fingen o no lo hacen, habría que pensar porqué una mujer no tuvo un orgasmo y cómo hacer para llevarla a eso”.

La mítica escena del orgasmo fingido en el restaurante de la película Cuando Harry conoció a Sally quedó como un referente de lo fácil que es engrupir a un hombre en la cama. Sin embargo, para la sexóloga se trata de una disfunción sexual que es necesario tratar.

En este sentido, Laporte señaló que a diferencia de los hombres “las mujeres necesitan más tiempo, más mimos, más atención. El orgasmo en ellas está más relacionado a lo emocional”.

Que la mujer tenga que fingir un orgasmo tiene que ver con una problemática de larga data. Su origen se trama en la negación a sentir placer durante las relaciones sexuales, por cuestiones del orden religioso o moral, por las cuales la sexualidad se circunscribía sólo a la función reproductiva.

“Como resultado de esa represión, la anorgasmia femenina es una de las disfunciones sexuales más comunes”, dijo Laporte.

Pero como contracara de esa cuestión, las consultas sobre esa problemática se multiplican para encontrar una solución. “Vienen al consultorio mujeres de entre 20 y 45 años de un nivel socioeconómico medio y de un nivel intelectual medio alto. Es que, las mujeres en esta etapa se cuestionan cosas de una mejor sexualidad”, indicó Laporte.

En tanto, la sexóloga también ha atendido a parejas que rondan los 30 años que ante la convivencia se plantean optimizar la calidad de los encuentros sexuales.

Basada en los estudios de sexología recientes, Laporte apuntó que “el orgasmo femenino está íntimamente relacionado a lo emocional y si no hay comodidad ni confianza con la pareja cuesta mucho más llegar”.

Aunque son muchos los mitos que circulan en torno a la cuestión del orgasmo fingido es claro que hay mujeres que los tienen de manera impostada y otras que no. De todas formas lo que remarcó Laporte es que es “muy factible que los hombres no se den cuenta si los fingen”.

Pero eso tiene menos que con un arte de representar que con una cuestión física y biológica. “El único signo que delata a la mujer a ha tenido un orgasmo son las contracciones de la vagina, a diferencia del hombre que presenta signos más visibles. Lo que la mujer suele dirigir son los jadeos y los gemidos y así fingir un orgasmo”, explicó Laporte.

En tanto, a modo de consejos la sexóloga enumeró que “hay que tratar de tener un aprendizaje sobre el propio cuerpo y charlar mucho con el otro acerca de lo que a cada uno le gusta”. “No tiene que ser en la cama, antes o después de la relación sexual. Puede ser en cualquier momento de diálogo fluido que permita empezar a entender lo que el cuerpo del otro quiere”, concluyó.