El clima en Rosario Central no es el más aconsejable para probar a los pibes. Es que, como dijo el experimentado arquero suplente Rifle Castellano, la cancha “está nerviosa”, y los reproches de los hinchas surgen con rapidez de flecha ante las más mínimas equivocaciones.
Por ende, no parece atinado mandar al terreno de césped a los juveniles con el equipo sumergido en el fondo de la tabla de posiciones y en zona de promoción. Pese a ello, y quizás dejando en claro su predilección por el trabajo en inferiores, el entrenador actual de los canallas, Hugo Galloni, probó en el entrenamiento de este jueves a dos integrantes del plantel campeón de 4º división de AFA entre los titulares: los mediocampistas Gonzalo Prado y Lucas Moya.
Este último ya tuvo su bautismo de fuego en primera. Eso ocurrió el 26 de agosto de 2005, en aquel partido en que los auriazules derrotaron 4 a 0 a Lanús con una formación llena de pibes, ya que pocos días después definirían el pase a segunda ronda de la Copa Sudamericana ante Newell´s. Y pese a que no tuvo malas actuaciones, misteriosamente bajó abruptamente otra vez a su categoría. Por eso, el catamarqueño Moya considera esta nueva posibilidad como una revancha: “Sí, para mi es una revancha. Ojalá que esta vez pueda consolidarme y no bajar nunca más”, dijo ante los micrófonos.
“La verdad, esta es una oportunidad muy buena. Después de haber estado más de un año sin venir acá, el hecho de que haya llegado Hugo (Galloni) y me haya dado esta posibilidad me puso muy contento”, aseguró. “Seguro que tiene que ver con el trabajo que venimos haciendo en inferiores”.
Sobre el peso que debe haber tenido el título que obtuvieron en 4º división de AFA para que Galloni lo convocara otra vez, Moya cree que seguramente influyó: “Si, seguro. Para mi eso sirvió de mucho para que sepan que seguimos trabajando de la misma manera. Por eso subimos siete chicos. Espero que suban los demás también, porque se lo merecen”, elogió.
En cuanto a las indicaciones que el DT le dio, Moya aseguró que casi no tuvo tiempo de hablar con él: “No hablé. Me llamaron, fui, jugué, pero no hablé con ninguno”. Y sobre los motivos de su alejamiento tras aquellos primeros encuentros en la máxima división, el pibe no quiso entrar en polémicas: “Son cosas de la vida, qué se yo… por algo pasarán. Ahora estoy acá para quedarme y no bajar nunca más”.
Moya afirmó que esta chance es un premio por su buena labor en inferiores