No siempre la polémica vende. A veces, genera repudio. Y cuando viene del gobierno nacional puede poner en la cuerda floja al programa. Esto es lo que sucedió en Australia, en donde el primer ministro en persona pidió a una empresa de televisión que levantara la versión local de Gran hermano después de que una concursante denunciara a dos de sus compañeros por acoso sexual. Todo comenzó cuando una chica de 22 años que participaba del reality denunció por acoso sexual a dos concursantes masculinos. El incidente derivó en la expulsión de los dos hombres que participaron del hecho, pero además la Justicia abrió una investigación por una presunta violación. Fue entonces cuando el primer ministro australiano John Howard pidió a la cadena de televisión Ten Network (Channel 10) que levantara del aire la versión local del reality show Gran Hermano. "Creo que se trata nada más que de una cuestión de buen gusto (retirar el programa). No me gustan las regulaciones por la vía de la imposición", aclaró Howard a la Radio Macquarie y pidió a la cadena de televisión que se autorregule. "Aquí se presenta una oportunidad para que Channel 10 efectúe un poco de autorregulación y cancele la emisión de este programa estúpido", destacó el mandatario australiano . La policía del estado de Queensland confirmó en un comunicado que las tres personas implicadas en el incidente fueron interrogadas, pero que la víctima no hizo ninguna denuncia oficial, por lo que las autoridades no planeaban tomar otras medidas por el momento. Gran Hermano, cuyas versiones argentinas tuvieron mucho éxito, es un concurso televisivo en el que un grupo de personas, sometidas a régimen cerrado, compiten por un premio, mientras son observados de forma continua por las cámaras. El formato es popular alrededor del mundo.