La falta de agua causada por la ausencia de lluvias ya se está sintiendo en varias regiones del país, donde los gobiernos ya analizan estrategias para racionar el consumo. Una de las provincias más afectadas es Mendoza, donde anticipan que la relación entre oferta y demanda estará al límite en los próximos meses.
“Seguramente vamos a tener inconvenientes, van a registrarse problemas de abastecimiento en la población y tendrán habrá baja presión", afirmó Mario Salomón, investigador asociado del Laboratorio de Desertificación y Ordenamiento Territorial del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza).
Desde ese instituto consideran que hay que restringir más el uso del agua y prohibir el lavado de autos y riego de veredas "si no, vamos a tener que tener turnos para bañarnos o cocinar".
Asimismo, María Elena Abraham, directora del Iadiza indicó que en "Mendoza se siente la sequía, llevamos varios años sin superar la media de 200 milímetros anuales por precipitaciones".
La preocupación de los investigadores no es nueva, pero la sequía producida en Córdoba una vez más instaló en los medios el debate por cómo se maneja y distribuye el agua en Mendoza.
El plan para bajar el consumo
Si bien en Mendoza existen medidas que restringen el uso del agua y se multa a las personas que riegan la vereda o lavan su vehículo, desde el Iadiza entienden que habría que aumentar esas restricciones. "El agua sólo debería usarse para bebida y necesidades básicas. Se debería prohibir regar la vereda y lavar el auto, ya tenemos la sequía encima y es preocupante", apuntó Salomón, mientras que Abraham aseguró que si no se toman decisiones y se restringe el uso del agua, tendrán que establecer tener turnos para bañarse o cocinar, además de continuar con turnos de cuatro días de regado durante el verano, en lugar del riego extendido".
Además de los trastornos que genera la falta de agua para la población, en una situación más complicada está la gente que vive en las zonas desérticas de la provincia, como Lavalle, Alvear y Malargüe, donde se está muriendo el ganado porque no hay pasto.
“Seguramente vamos a tener inconvenientes, van a registrarse problemas de abastecimiento en la población y tendrán habrá baja presión", afirmó Mario Salomón, investigador asociado del Laboratorio de Desertificación y Ordenamiento Territorial del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza).
Desde ese instituto consideran que hay que restringir más el uso del agua y prohibir el lavado de autos y riego de veredas "si no, vamos a tener que tener turnos para bañarnos o cocinar".
Asimismo, María Elena Abraham, directora del Iadiza indicó que en "Mendoza se siente la sequía, llevamos varios años sin superar la media de 200 milímetros anuales por precipitaciones".
La preocupación de los investigadores no es nueva, pero la sequía producida en Córdoba una vez más instaló en los medios el debate por cómo se maneja y distribuye el agua en Mendoza.
El plan para bajar el consumo
Si bien en Mendoza existen medidas que restringen el uso del agua y se multa a las personas que riegan la vereda o lavan su vehículo, desde el Iadiza entienden que habría que aumentar esas restricciones. "El agua sólo debería usarse para bebida y necesidades básicas. Se debería prohibir regar la vereda y lavar el auto, ya tenemos la sequía encima y es preocupante", apuntó Salomón, mientras que Abraham aseguró que si no se toman decisiones y se restringe el uso del agua, tendrán que establecer tener turnos para bañarse o cocinar, además de continuar con turnos de cuatro días de regado durante el verano, en lugar del riego extendido".
Además de los trastornos que genera la falta de agua para la población, en una situación más complicada está la gente que vive en las zonas desérticas de la provincia, como Lavalle, Alvear y Malargüe, donde se está muriendo el ganado porque no hay pasto.
