A media mañana de este jueves volvió a amainar la lluvia, lo que abrigó esperanzas de que al menos parte de los 3.100 evacuados de las zonas norte y oeste de Rosario puedan volver a sus casas en las próximas horas. Claro que el problema podría venir por otras zonas, las más cercanas al río Paraná como El Mangrullo y la de islas, ya que el Paraná llegó a 5,28 metros de altura, apenas dos centímetros menos que el nivel de evacuación, que se podría alcanzar esta misma tarde, según las estimaciones de Prefectura. De hecho, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa dijo en Radio 2 que se estaba acondicionando el Liceo de Funes para recibir allí 300 evacuados y que no se descartaba abrir un quinto centro de evacuación –ya están colmados el Batallón 121 y los gimnasios de Newell´s y Náutico Avellaneda– si las lluvias vuelven a hacerse intensas entre hoy y mañana. Es que, más allá de la temporaria mejora, se renovó el alerta por tormentas fuertes y el Servicio Meteorológico insistió en que la caída de agua seguirá  hasta el viernes. Claro que los problemas pueden venir ahora por otros barrio. Mientras, 2.500 clientes de la EPE seguían sin luz.

De todos modos, Bielsa consideró que la situación en Rosario era estable y que el nivel de agua en los arroyos Ludueña y Saladillo no implicaban riesgo importante, algo en lo que coincidía Hidráulica municipal que incluso hablaba de una baja con respecto a ayer.

En cambio, la vicegobernadora dijo que la situación se había complicado en la ciudad de Santa Fe, que la provincia estaba analizando declarar la emergencia y que el gobernador Jorge Obeid buscaba acelerar su regreso desde Caracas para estar al menos esta noche de regreso.

Récord de lluvia

En total en estos tres días cayeron 280 milímetros de agua en la zona de Rosario siendo que la media de marzo está ubicada en los 160 milímetros. En tanto, según relevamientos en todo el año 2006 cayeron 927 milímetros, con lo cual durante el temporal de esta semana ya cayó la tercera parte de esa cifra.

Una subcomisaría, la 19ª fue desalojada porque estaba inundada y los presos trasladados a otras dependencias policiales.

Además, varios accesos a la ciudad estaban cortados –por la ruta 34, por la ruta 33 entre Zavalla y Pérez, por la ruta 18– y también algunas calles, como en Portugal y Rondeao, donde por la presión del agua del Ludueña se levantó parte del pavimento. 

 Desde el lunes la lluvia cae de forma casi ininterrumpida, y aunque este miércoles el tiempo mejoró levemente por algunas horas, el jueves a la mañana el agua volvía como un castigo sobre la ciudad. La situación seguía complicada en toda la ciudad, en donde ya se registraban alrededor de 3.100 evacuados, y también en toda la región, ya que se calculaba que en la zona centro y sur de la provincia más de 6 mil personas debieron abandonar sus casas inundadas.

Aunque este miércoles la caída de agua amainó, lo que permitió cierto alivio en las zonas anegadas del norte y oeste rosarino (alentó esperanzas de que no se desmadrara el Ludueña y que volviera a su cauce el Carcarañá), el alerta meteorológica se mantuvo en la zona. Y aunque madrugada del jueves fue tranquila a la mañana la lluvia ya caía con intensidad otra vez. El pronóstico se mantiene: habrá tormenta hasta el viernes. El Servicio Meteorológico indicó que el mal tiempo continuará al menos por 48 horas en toda la región. Según los expertos, sólo se puden esperar algunos mejoramientos temporarios.

Abrieron un nuevo centro de evacuados

Ante el desborde de los dos centros de evacuación ya establecidos, pasadas las 17 de este miércoles se habilitó un tercer centro en el Club Náutico Sportivo Avellaneda, ubicado en Pedro Tuella al 900. En la primera tanda de colectivos, llegaron varios cientos de personas al lugar, que se suman a las cerca de 2500 repartidas entre el batallón 121 y el estadio cubierto de Newell´s. Pero se esperaba que con las horas más familias se ubicaran en ese espacio, de barrio conflictivos como Nuevo Alberdi y también de Empalme Graneros.

Aunque ningún funcionario de primera línea contestaba los llamados de la prensa en las últimas horas del miércoles, según fuentes vinculadas a las tareas de rescate y evacuación entre 3.000 y 3.500 rosarinos se encontraban refugiados en los tres centros oficiales. En esta cifra no se incorporaba la gente que se autoevacuó en casas de familiares, iglesias, centros de salud u otras instituciones que abrieron sus puertas para hospedar a quienes se quedaron sin hogar. En la provincia, según declaró a Télam el secretario de Promoción Comunitaria, Juan Carlos Forconi, la cifra oscilaba "entre 5.500 y 6.000". Esperanza y Cañada de Gómez, entre las localidades más afectadas. Entre otras rutas, estaban cortadas la 9 y la 33.

Provincia y municipio suman esfuerzos

Mientras, en Rosario se armó un comité de emergencia que hizo que provincia y municipio, representados por la vicegobernadora María Eugenia Bielsa y el intendente Miguel Lifschitz, se sentaran a una misma mesa para coordinar acciones. El punto más crítico seguía siendo Nuevo Alberdi, de donde seguían sacando gente aunque, al mismo tiempo, permanecían en varios hogares los hombres para cuidar las pocas pertenencias de sus casas con un metro de agua adentro. Allí, luego de las nuevas evacuaciones, había un operativo de la GUM y Defensa Civil para llevar víveres a estos hombres y no había otra forma para llegar que en canoa.

María Eugenia Bielsa, a cargo del comité de crisis, dijo que se está montando un operativo para coordinar acciones similar al posterior a la pedrea del 15 de noviembre y que en toda la provincia hay el doble de evacuados que en Rosario. La funcionaria comentó que, como en aquella oportunidad, llegará a la ciudad Sergio Berni, un especialista en catástrofes del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que además –según informó el diputado nacional Agustín Rossi– ya despachó cinco camiones con ayuda para los afectados.

En diálogo con Radio 2, el intendente Miguel Lifschitz aseguró que “a pesar de intensidad de las lluvias, creo que el 90 por ciento de la ciudad se la ha bancado bien, aunque con problemas puntuales como zanjas rebalsadas o bocas de tormenta. Sí hubo 2 ó 3 problemas bien localizados”. El intendente dijo que la preocupación principal ante el inédito temporal pasa por los arroyos Ludueña e Ibarlucea, cuyo nivel de agua sigue subiendo. Lifschitz rogó por que el tiempo mejore. 

Empalme Graneros, barrio en peligro

En Empalme Graneros, en tanto, se tranquilizó sobre el miércoles a la tarde un poco la situación, pero el regreso de la lluvia fuerte este jueves volvía a generar angustia. Es que el barrio revivía los peores recuerdos, los de l. inundación del 86. De todos modos, Leonildo Foresto, histórico dirigente de Numain (Nunca más Inundaciones) comentó a Radio 2 que la presa del Ludueña y los aliviadores estaban funcionando bien, lo que por ahora alejaba un riesgo de desborde..

Llamado solidario

Para atender a los evacuados, la Municipalidad necesita ropa, sobre todo para chicos –zapatillas, buzos, medias, ropa interior y frazadas–, que se pueden llevar a la Central de Emergencias, en Francia 1940. Según aseguró la encargada de coordinar la tarea en ese lugar, Gabriela Rey, ya comenzaron a acercarse los primeros rosarinos con ayuda y esperan recibir a más gente durante toda la noche ya que el lugar estará abierto las 24 horas.