El desarrollo de la visión se inicia al nacer y continúa hasta aproximadamente los 8 a 9 años de edad. Los niños pueden ser examinados desde que nacen y mientras antes se detecte el defecto o la enfermedad ocular, mejores serán las probabilidades de recuperación mediante un tratamiento oportuno.

Conductas claves

Según publica la Dra. Marlene Vogel, oftalmóloga, a través de revistabuenasalud, los niños no tienen experiencia visual previa o bien podrían tener un solo ojo defectuoso, por lo tanto, es imposible que se percaten si están viendo mal. Allí radica la importancia de llevarlos al médico para que se realice. los exámenes oftalmológicos necesarios, para detectar anomalías . para evitar complicaciones futuras.

Para saber si un niño tiene dificultades para ver, debemos poner ojo en algunas conductas comunes. Por ejemplo, si le mostramos un objeto a un niño y éste debe acercarse para verlo o si guiña un ojo para leer o ver TV. es señal de que hay un problema visual.

Podemos hacer una prueba poniéndonos a la misma distancia que nuestro hijo de un cartel u objeto y taparnos un ojo y luego el otro y evaluar si vemos lo mismo. En general, un niño de 4 años de edad debe tener una agudeza visual similar a la de un adulto.

En caso de defectos ópticos graves  el niño puede ser inseguro en lugares extraños, abiertos u oscuros.

Otra conducta que permite determinar la presencia de un problema visual es cuando el niño inclina o gira la cabeza para ver de cerca o de lejos, lo cual podría sugerir que tiene una desviación de un ojo o estrabismo.

Exámenes visuales

Para cada edad existen métodos de medición de la agudeza de la visión, la cual puede ser determinada mediante test especiales, incluso en los lactantes.

En un niño colaborador se puede realizar un examen similar a un adulto desde aproximadamente los 4 años de edad

Cuando aún no conocen las letras o números, se utilizan figuras fácilmente reconocibles por los niños o la letra E de Snellen, la cual se presenta hacia arriba, abajo, etc. Y se le pide al niño que diga con sus manitos en qué dirección están orientadas “las patitas de la E”.

Para los más pequeños o no colaboradores, se pueden realizar exámenes sencillos y no invasivos que permiten determinar que el ojo esté bien formado y la visión se esté desarrollando bien.

Muchas veces se utilizan fármacos en colirio que se instilan en los ojos y al cabo de 40 minutos relajan el músculo de la acomodación y permiten medir con exactitud la potencia óptica del ojo y prescribir lentes si fuera necesario incluso en un bebé.

Otras funciones visuales que pueden ser evaluadas son la visión de colores y visión de profundidad  o estereopsi. y el alineamiento de los ojos (estrabismo), las cuales pueden ser importantes para el desempeño escolar e incluso la elección profesional del niño.