María Soledad Massin

El juez de Instrucción Nº 11, Hernán Postma, procesó a Eric, un hombre de 29 años, por haber matado a golpes al bebé de su novia con el sólo fin de causarle sufrimiento a ésta. El pequeño tenía apenas 2 años. A fines de marzo, se aplicó por primera vez en la historia de la Justicia penal santafesina, la figura del “femicidio vinculado”, una imputación reservada a "aquél que matare a un familiar o allegado a una mujer para causarle sufrimiento”. Aunque no fue procesado por esa denominación, el caso de Eric encajaría a la perfección.

De acuerdo al fallo al que tuvo acceso Rosario3.com, Postma resolvió procesar al novio de María Eugenia, la mamá de T.; y sobreseer a ésta. La mujer había sido acusada de abandono de persona y detenida en consecuencia. La habían responsabilizado por poner en peligro la vida de su chiquito al dejarlo indefenso al cuidado de su pareja, sabiendo que éste era agresivo.

El 20 de agosto de 2013, después de darle la mamadera como todas las mañanas, María Eugenia le había recomendado el cuidado de sus hijos T. –de dos años–, y M.–de seis– a Eric y emprendido el camino al trabajo. Se desempeñaba, en aquel entonces, como niñera en una casa vecina. Pero a poco de llegar al domicilio, a apenas una cuadra y media del suyo, de calle Juan B. Justo al 6100, su novio fue a buscarla porque T. estaba descompuesto.

En segundos llegó corriendo a su casa y encontró a su cuñado, Guillermo, tratando de reanimar al pequeño que "tenía los labios blancos y movía muy poco los ojos".

“Vamos a llevarlo al hospital me parece que éste (por Eric) se mandó una cagada”, le dijo Guillermo según recordó María Eugenia durante su declaración. No obstante, en el Centro de Asistencia Juana Azurduy nada pudieron hacer por el chiquito, tras 20 minutos de trabajo de resucitación –T. había hecho un paro cardíaco–, el bebé expiró. Allí notaron, además, que el pequeño presentaba varios moretones, recientes y de vieja data, en lugares poco frecuentes, como el tórax y la espalda, no coincidentes con los típicos golpes que se dan los niños en las piernas al jugar o al intentar sus primeros pasos.

Asimismo, la autopsia corroboró que las lesiones se relacionan con “maniobras traumáticas de violencia importante aplicadas directamente sobre la región posterior del tronco y parrilla costal izquierda (…) de atrás hacia adelante”, lo que hace pensar en un fuerte empujón.

Aquí, una vez más, el testimonio de otro niño –como en el caso de Paula, la mujer condenada a prisión por haberse defendido “en exceso” de su pareja y asestado un cuchillo en su pecho– resultó vital.

M., el hermano mayor de T. dijo que Eric solía pegarles con frecuencia porque “se portaban mal”; y que puntualmente aquella mañana de invierno, le pegó duros rodillazos a su hermanito y que incluso le tapó la boca tirándole la cabeza hacia atrás.

Femicidio vinculado, una figura nueva en la justicia santafesina. El caso de Ceferino

Consultados por Rosario3.com los fiscales Mariana Prunotto y Fernando Rodrigo, quienes junto a Juliana González, trabajaron en el primer caso de tentativa de femicidio vinculado de la provincia, resaltaron la importancia de la investigación –y sobre todo de la denuncia de las víctimas– a la hora de poder probar este delito y avanzar en el castigo los delincuentes.  

Quien ejerce este tipo de violencia, busca encontrar en sus víctimas, la respuesta que el hábito les quitó, acostumbradas a una vida de agresiones. Así redireccionan el sufrimiento hacia los seres más preciados de sus mujeres –generalmente los hijos– e intentan causarles dolor a través de ellos.

El femicidio vinculado –explicaron los profesionales– es la imputación reservada a “aquél que matare a un familiar o allegado a una mujer para causarle sufrimiento”.

Esto es lo que se le imputó, en grado de tentativa, el 19 de marzo pasado a Ceferino, un hombre de 53 años que en febrero roció con combustible el cuerpo del hijo de su ex, Adelina, y le prendió fuego. También se le aplicó la figura de “desobediencia y lesiones leves calificadas por alevosía”.

La pareja convivió durante una década, pero la relación se terminó por las repetidas agresiones de él. En 2009 Ceferino le puso un cuchillo a una de sus hijas y Adelina dijo basta, consiguió que la Justicia le prohibiera acercarse a ella o a su familia.

Con todo, Ceferino se las apañó para no alejarse y en febrero, cuando el hijo de Adelina lo increpó, para que, de una vez por todas, dejara en paz a su mamá, tomó una decisión extrema. Le prendió fuego.

Ahora permanece detenido y con una causa abierta por “desobediencia y lesiones leves calificadas por alevosía”, más “tentativa de femicidio vinculado”.